Rayos de Fe
Obras.
Ya lo dice el Apóstol que la fe sin obras está muerta. Porque podemos decir con la boca que tenemos fe, pero si no actuamos de acuerdo a esa fe, si no obramos bien, entonces nuestra fe no existe y estamos en un ateísmo práctico.
Hoy muchos dicen que tienen fe, pero no actúan de acuerdo a los Diez Mandamientos y a las enseñanzas de Jesús en el Evangelio, y así se engañan a sí mismos, porque en el Día del Juicio se encontrarán con las manos vacías de buenas obras.
Si bien la fe es necesaria para la salvación, también son necesarias las obras, porque nos salvamos por la fe y por las obras.
No podemos caer en el error de los protestantes que pregonan que nos salvamos solo por la fe en Jesucristo. ¡No! Nos salvamos por la fe en Jesucristo y también por las obras. Y Cristo nos juzgará según haya sido nuestro obrar.
Es bueno que tengamos esto presente para examinar cómo es nuestro actuar, nuestro obrar, y también para darnos cuenta cuándo un hombre tiene realmente fe, ya que si vemos su buen obrar, entonces es que tiene fe, ya que el árbol se conoce por sus frutos.
Para que las obras sean buenas tienen que estar hechas en gracia de Dios. Porque quien obra humanamente bien, no tiene premio para el Cielo. En cambio el que obra en gracia de Dios, sus obras tienen valor para la eternidad.