Itzimná de ayer y hoy

Representación gráfica del pueblo de Itzimná, con su iglesia dedicada a la Virgen del Perpetuo Socorro, en 1845, obra del pintor Mario Trejo Castro

El atractivo suburbio de Itzimná al norte de la ciudad de Mérida luce en su centro un pequeño templo construido en 1710, un siglo antes del principio de la independencia de México.

Desde antes de la conquista española el lugar fue una comunidad maya, vecina de Thó, que encabezó el cacique Itzam Pech.

En 1542, al fundarse la ciudad de Mérida, los pobladores de Itzimná se trasladaron a pueblos vecinos, pero convencidos por los frailes misioneros franciscanos regresaron a su lugar de origen y se comenzó ha edificar su templo en su primera etapa como capilla abierta.

Más tarde en una tercera etapa el Templo terminó convertido en santuario de la Virgen del Perpetuo Socorro.

Por medio de la unión por un nuevo camino carretero a Conkal, Itzimná se unió al suburbio de Santa Ana en 1874 y comenzó el importante auge de tráfico de tranvías y autotransporte.

Al pasar el tiempo sus tierras fueron fraccionadas y convertidas en propiedades particulares por lo cual se erigieron villas de recreo y casa-quintas para épocas de verano. En 1902 se efectuó la integración oficial de Itzimná a Mérida.

El director general de la empresa de tranvías de aquella época, don Nicolás Escalante Peón, tuvo la iniciativa de instalar en el terreno al costado norte de la iglesia el conjunto "Recreos Itzimná" cuya atracción máxima fue el costoso espectáculo de la "montaña Rusa" acogida con gran entusiasmo por la gente de toda la ciudad.

En una importante etapa siguiente "Recreos Itzimná" se convirtió en el primer campo de béisbol con gradas de madera techadas con láminas de zinc. Este pequeño estadio incrementó el entusiasmo del público por este deporte en Yucatán.

Actualmente, este lugar histórico de Itzimná lo ocupa un prestigiado centro escolar que desde mediados del siglo XX, su renovado cuerpo docente, siembra las semillas del conocimiento y de la ética.

Su primer local, a media cuadra de la plaza grande sobre la calle 62; el segundo, una hermosa casa-quinta sobre la calle 60 calle 35 Avenida Colón donde un servidor estudió todos sus años escolares: el "Colegio Montejo".

De manera inexplicable esta mansión de arquitectura excepcional fue destruida totalmente, así como todos sus frondosos árboles fueron talados dejando de purificar el aire que respiramos.

Un pensamiento oriental dice que la ignorancia es el peor de los pecados porque de ella se derivan todos los demás. De la buena educación depende el buen futuro de nuestra nación.- Mérida, Yucatán.