María del Mar de la Riva Sáinz-Trápaga con "Testimonios de vida" número 5
“Las quiero mucho, ellas pueden hacer mucho por nosotros”, afirma María del Mar de la Riva Sáinz-Trápaga cuando se refiere a las almas del purgatorio.
La devota relata que desde pequeña, en su natal España, comenzó a ser devota de las almas del purgatorio y les comenzó a tener respeto y amor.
Sus padres le enseñaron que necesitan muchas oraciones para ellas puedan salir del purgatorio. “Cuando ellas lleguen al cielo orarán por nosotros”.
María del Mar reza por ellas siempre y acude a ellas ante situaciones cotidianas, obteniendo resultados positivos.
Una de estas experiencias son narradas por la entrevistada
en el cuaderno “Testimonios de vida” número 5 (a $10). La publicación es una recopilación de los “Testimonios de vida” que todos los miércoles se publican en esta página, en colaboración con la Misión Guadalupana.
María del Mar, quien reside en Yucatán desde hace 26 años, explica que el objetivo de compartir su testimonio sobre las almas del purgatorio es para que en esta ciudad “hagan suyo ese amor y respeto”.
“Es la manera en que podemos ayudarlas a que lleguen al cielo”, enfatiza.
“Muchos piensan que no sirve de nada lo que hagamos por los muertos, pero nuestra oración y sacrificios por las almas ayuda mucho”, agrega.
La entrevistada considera que las puertas del cielo están abiertas, que Dios quiere que estemos con Él, “pero que uno que sabe cuáles son sus faltas y no entrará hasta que éste limpio”.
“No hay que mirar con horror el purgatorio, porque es purificación”, señala.
Entre los vivos y las almas del purgatorio, expone, se puede dar una relación con la oración. Comenta que ésta debe ser todos los días, no sólo en ocasiones especiales, como el Día de los Fieles Difuntos.
Reitera que la devoción es algo que sale del amor a Dios, de modo que cuando uno ore o haga algún sacrifico por obligación, no tendrá sentido.
María del Mar comparte la oración de Santa Gertrudis para las ánimas del purgatorio: “Padre eterno, yo te ofrezco la preciosísima sangre de tu Divino Hijo Jesús en unión, con las misas ofrecidas a través del mundo de hoy, por todas las santas almas del purgatorio, por los pecadores de doquier, por los pecadores de la Iglesia universal, por los de nuestros hogares y de nuestras familias”.
María del Mar agrega finalmente que Jesús le dijo a Santa Gertrudis que cada vez que se hace esta oración salen mil almas del purgatorio.