Carta del Santo Rosario
Evangelio resumido.
Entre los Papas más recientes que, en la época conciliar, se han distinguido por la promoción del Rosario, deseo recordar al Beato Juan XXIII y, sobre todo, a PabloVI, que en la Exhortación apostólica Marialis cultus, en consonancia con la inspiración del Concilio Vaticano II, subrayó el carácter evangélico del Rosario y su orientación cristológica.
(De la Carta Apostólica Rosarium Virginis Mariae)
Comentario:
Si debemos leer y meditar el Santo Evangelio y conformar toda nuestra vida a él, y si nuestra vida es Cristo y cuanto más conozcamos a Jesús, tanto más seremos agradables a Dios, entonces podemos intuir la importancia del Rosario, que es un resumen del Evangelio y que contiene al mismo Cristo, pues es su memorial que, después de la Misa, es la oración que más hace presente al Señor.
Nadie conoce mejor al Hijo que la Madre, y por eso Ella, María Santísima, en el rezo del Rosario nos da a conocer las bellezas de su Hijo divino.
No perdamos tiempo y recemos más frecuentemente el Santo Rosario, porque de esa forma, aunque no leamos la Biblia ni ningún libro espiritual en especial, nos iremos formando sólidamente y con gran piedad, porque el Rosario es el libro de los sencillos, y cuando lo rezamos estamos en comunión con Dios y con su Madre.
Rezar el Rosario es mirar a Cristo con los ojos de María, es acercarnos a los misterios de la Redención con las mismas disposiciones del Corazón de la Virgen. ¿Y podemos creer que esta práctica del rezo del Rosario sea indiferente al Corazón de Dios? ¿Podemos creer que el Señor nos niegue algo de lo que pedimos rezando el Rosario?
En este mundo buscamos la felicidad, pero ella no se deja encontrar. ¿Qué hacer? Recemos el Rosario y comprobemos por nosotros mismos lo felices que nos hace esta práctica, y viviremos ya el Cielo en este mundo.