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General: EL SANTISIMO NOMBRE DE JESUS
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Respuesta  Mensaje 1 de 11 en el tema 
De: stefy1945  (Mensaje original) Enviado: 04/01/2011 00:46
EL SANTISIMO NOMBRE DE JESUS
 
 
 
 
 

 

“¡Queridos hijos! Hoy, mi Hijo Jesús y yo deseamos daros abundancia de gozo y de paz para que cada uno de vosotros sea un alegre portador y testigo de la paz y de la alegría en los lugares en que vivís. Hijitos, sed bendición y sed paz. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!” 
Mensaje de Nuestra Señora Reina de la Paz en Medjugorge. 25/12/2010

 

LETANÍA DEL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS

-Señor, ten misericordia de nosotros
-Cristo, ten misericordia de nosotros
-Señor, ten misericordia de nosotros
-Cristo, óyenos
-Cristo, escúchanos
-Dios, Padre celestial, ten misericordia de nosotros
-Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros
-Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros
-Santísima Trinidad, un solo Dios, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Hijo de Dios vivo, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Esplendor del Padre, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Pureza de la Luz eterna, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Rey de la gloria, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Sol de justicia, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Hijo de la Virgen María, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Amable, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Admirable, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Dios fuerte, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Mensajero del plan divino, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Todopoderoso, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Pacientísimo, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Obedientísimo, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Manso y Humilde de Corazón, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Amante de la castidad, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Dios de paz, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Autor de la vida, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Modelo de virtudes, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Dios nuestro, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Refugio nuestro, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Padre de los pobres, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Tesoro de los fieles, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Pastor Bueno, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Luz Verdadera, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Sabiduría Eterna, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Bondad Infinita, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Camino y vida nuestra, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Alegría de los ángeles, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Rey de los patriarcas, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Maestro de los apóstoles, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Doctor de los evangelistas, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Fortaleza de los mártires, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Luz de los confesores, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Pureza de las vírgenes, ten misericordia de nosotros
-Jesús, Corona de todos los santos, Ten misericordia de nosotros.
-Senos propicio: perdónanos, Jesús.
-Senos propicio: escúchanos, Jesús.
-De todo mal, líbranos, Jesús
-De todo pecado, líbranos, Jesús
-De las asechanzas del demonio, líbranos, Jesús
-Del espíritu impuro, líbranos, Jesús
-De la muerte eterna, líbranos, Jesús
-Del menosprecio de tus inspiraciones, líbranos, Jesús
-Por el misterio de tu Santa Encarnación, líbranos, Jesús
-Por tu Natividad, líbranos, Jesús
-Por tu Infancia, líbranos, Jesús
-Por tu Divina Vida, líbranos, Jesús
-Por tus Trabajos, líbranos, Jesús
-Por tu Agonía y Pasión, líbranos, Jesús
-Por tu Cruz y desamparo, líbranos, Jesús
-Por tus Sufrimientos, líbranos, Jesús
-Por tu Muerte y Sepultura, líbranos, Jesús
-Por tu Resurrección, líbranos, Jesús
-Por tu Ascensión, líbranos, Jesús
-Por tu Institución de la Santísima Eucaristía, líbranos, Jesús
-Por tus Gozos, líbranos, Jesús
-Por tu Gloria, líbranos, Jesús.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos, Jesús.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos Jesús.
-Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten misericordia de nosotros Jesús.
 

ORACIÓN

Dios Padre Misericordioso te pedimos que quienes veneramos el Santísimo Nombre de Jesús  podamos disfrutar en esta vida de la dulzura de su gracia y de su gozo eterno en el Cielo. Por Jesucristo nuestro Señor. Amen.

 
 
 

 

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Respuesta  Mensaje 2 de 11 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 04/01/2011 00:58

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LAS MARAVILLAS DEL SANTO NOMBRE  DE  JESUS

Hemos oído y repetido desde la infancia el Santo Nombre de jesús, pero muchos,

demasiados, no tienen una idea adecuada de las grandes maravillas de este Santo  Nombre.
¿Qué sabes, querido lector, del nombre de jesús? Sabrás que es un nombre santo y 
que habría que inclinar la cabeza cada vez que se dice. Es muy poca cosa.

Es como si  uno viera un libro cerrado y se fijara solamente en el título de la portada.

No sabes  nada de los preciosos pensamientos que el libro contiene.
Así es, cuando pronuncias el Nombre de jesús, sabes muy poco de los tesoros que 
en Éllo se oculta.
Este divino nombre, en verdad, es una mina de riquezas, es un manantial de la más 
alta santidad y el secreto de la felicidad mas grande que un hombre puede esperar  y gozar en esta tierra. Lée, y lo verás.
Es tan poderoso, tan seguro, que nunca deja de producir en nuestras almas los más 
maravillosos resultados. Consuela al más triste corazón
y hace fuerte al más débil pecador. Nos obtiene todo tipo de favores y gracias, tanto 
espirituales como temporales.
Debemos de hacer dos cosas. Primero, entender claramente el significado y el valor 
del Nombre de jesús.
Segundo, debemos habituarnos a decirlo devota y frecuentemente cientos y cientos 
de veces todos los días. Lejos de ser algo aburrido, será algo de inmenso gozo y  consolación.

¿QUÉ SIGNIFICA , EL NOMBRE DE JESUS?
El Santo Nombre de jesús es, primero que todo, una oración todopoderosa. El 
mismo Nuestro Señor solemnemente promete que todo aquello que pidiéramos al  Padre en Su Nombre lo recibiríamos. Dios nunca falla en Su palabra.
Cuando decimos 'jesús", pedimos a Dios todo lo que necesitamos con la absoluta 
confianza de ser oídos.
Por esta razón, la Iglesia termina sus oraciones con estas palabras: "Por jesucristo," 
que da a la oración una nueva eficacia divina.  Pero, el Santo Nombre es algo aún más grande.

Cada vez que decimos: 'Jesús," glorificamos a Dios con un gozo y gloria infinito  porque le ofrecemos todos los infinitos méritos de la Pasión y Muerte de jesucristo.
San Pablo nos dice que jesús mereció el nombre 'jesús" por Su Pasión y Muerte. 
Cada vez que decimos: 'Jesús," claramente deseamos ofrecer a Dios todas las Misas  dichas en todo el mundo por nuestras intenciones. Nosotros verdaderamente  participamos en aquellas cientos de misas.
Cada vez que decimos: 'Jesús," ganamos trescientos días de indulgencial que 
podríamos aplicar por las ánimas del Purgatorio, con lo que se verán muchas de  estas almas aliviadas y liberadas de sus horribles penas. Ellas serán  verdaderamente nuestras mejores amigas y rezarán por nosotros con increíble  fervor.
Cada vez que decimos: 'Jesús," es un acto de perfecto amor, por el cual ofrecemos a 
Dios el infinito amor de jesús.
El Santo Nombre de Jesús nos salva de innumerables males, y nos rescata
especialmente del poder del demonio que está constantemente buscando la ocasión  de hacernos daño.
El Nombre de Jesús gradualmente Ira llenando nuestras almas con una paz y un 
gozo que nunca tuvimos antes.
 
1. Aunque los reglas de la Iglesia sobre las Indulgencias, incluso sobre las

jaculatorias, han cambiado, podemos esperar obtener las mismas Indulgencias de

Dios si las pedimos de Él Con gran confianza.-Editor, 1993.

 

El Nombre de Jesús nos refuerza de una manera tal, que nuestros sufrimentos  parecen ligeros y fáciles de soportar.

¿QUÉ DEBEMOS DE HACER?
San Pablo nos dice que debemos de hacer todo lo que hacemos tanto sea en 
palabras o en el trabajo en el Nombre de Jesús. "Todo cuanto hacéis, sea de palabra  o de obra, todo en nombre de nuestro Señor jesucristo ... " (Col. 3: 17).
De esta manera todos los actos se hacen en un acto de amor y mérito. Y más aún, 
recibimos la gracia y la ayuda para hacer tonas nuestras
acciones perfectamente bien.  .
Debemos, sin embargo, hacer lo que meJor podamos en acostumbrarnos en decir 
"Jesús, jesús, jesús," muy amenudo todos los dias. Podemos hacerlo cuando nos  vestimos, en el trabajo-no importa lo que estamos haciendo paseando, en Momentos de tristeza, en casa y en la calle, en todas partes.
No hay nada más fácil si nos esforzamos en hacerlo con regularidad. Lo podemos 
hacer muchísimas veces al día.
Piensa que cada vez que decimos 'Jesús" devotamente,  damos gran gloria a Dios,

2) recibimos grandes gracias, 3) y ayudamos a las almas del purgatorio.
Pongamos ahora algunos ejemplos  que demuestran el poder del Santo Nombre.

CONTINUARA.........

 

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PERLA DEL MAR

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Respuesta  Mensaje 3 de 11 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 04/01/2011 00:58
 
Capítulo 3
EL MUNDO EN PELIGRO SALVADO POR EL SANTO NOMBRE
I
En el año 1274 grandes males amenazaron al mundo. La iglesia fue asaltada por furiosos enemigos desde adentro y fuera. Fue tan grande el peligro que el Papa Gregorio X, que reinaba por entonces, convocó un concilio de obispos en Lyons para determinar la mejor manera de salvar a la sociedad de la ruina en la que estaba cayendo. Entre muchas de las formas propuestas, el Papa y los obispos eligieron la que ellos consideraron más fácil y eficaz de todas, es decir, la frecuente repetición del Santo Nombre de  jesús.  .
El Santo Padre entonces pidió a los obispos del mundo y a sus sacerdotes que invocaran el Nombre de jesús y urgieran a sus fieles el poner toda su confianza en éste poderoso Nombre, repitiéndolo constantemente con ilimitada confianza. El Papa encargó especialmente a la Orden de Santo Domingo la gloriosa tarea de predicar las Maravillas del Santo Nombre, trabajo que ellos cumplieron con ilimitado celo.
Sus hermanos Franciscanos les secundaron.
San Bernardino de Siena y San Lorenzo de Puerto-Mauricio fueron ardientes apóstoles del Santo Nombre de jesús.
Sus esfuerzos fueron coronados con el éxito.
Fueron barridos los enemigos de la Iglesia y desaparecieron los peligros que amenazaban a la sociedad y la suprema paz reinó una vez más.
Esta es la lección más importante para nosotros porque, en nuestros días, terribles sufrimientos están aplastando muchas naciones. y aún mayores tribulaciones están amenazando a todas las demás.
Ningún gobierno o gobiernos parecen lo bastante fuertes y hábiles como para detener este tremendo torrente de males. No hay más que un remedio y es la oración.
Todo cristiano debe volver a Dios y pedirle misericordia. La oración más fácil de todas las oraciones, como hemos visto, es el Nombre de jesús.
Todos sin excepción pueden invocar este Santo Nombre cientos de veces al día, no solamente por sus propias intenciones, sino también para pedir a Dios que libre al mundo de una inminente ruina.
Es asombroso lo que una persona que reza puede hacer para salvar su país y a la sociedad. Leemos en la Sagrada Escritura como Moisés salvó por sus oraciones al pueblo de Israel de la destrucción y como una piadosa mujer, Judit deBetulia, salvó su cuidad y su gente cuando los gobernadores estaban desesperados y a punto de rendirse a sus enemigos.
De nuevo  notamos, que las dos ciudades Sodoma y Gomorra, que Dios destruyó con fuego, por causa de sus pecados y crímenes, les hubiera perdonado si hubiera habido solamente diez personas que rezaran por ellos!
Una y otra vez leemos de reyes, emperadores, hombres de estado y famosos comandantes militares que pusieron toda su confianza en la oración, y así obraron maravillas. Si las oraciones de un hombre pueden hacer tanto, ¿cuánto más harán las oraciones de muchos?
El Nombre de Jesús es la más corta, más fácil, y más poderosa de las oraciones. Todos pueden decirlo incluso en medio de su trabajo diario. Dios no puede rehusar de oírlo.
Invoquemos el Nombre de Jesús pidiéndole que nos salve de las calamidades que nos amenazan.
 
 
Capítulo 4
LA PLAGA DE LISBOA: LA CIUDAD SALVADA POR EL SANTO NOMBRE
Una devastadora plaga aparece en Lisboa en 1432. Todos los que pudieron hacerlo, huyeron aterrorizados de la ciudad y de este modo se extendió por todos los rincones del país de Portugal.
Miles de hombres, mujeres y niños de todas clases fueron barridos por la cruel enfermedad. Fue tan virulenta la epidemia que los hombres caían muertos en todas partes, en la mesa, en las calles, en sus casas, en las tiendas, en los mercados, en las iglesias. Usando las palabras de los historiadores, estalló como rayo de hombre a hombre, por un abrigo, un sombrero, o cualquier prenda que hubiera sido tocada por la sacudida plaga. Sacerdotes, médicos y enfermeras fueron arrastrados en tal número que muchos cuerpos yacían en las calles, sin enterrar. Los perros lamían la sangre de los muertos, como resultado fueron éstos contagiados con la terrible enfermedad que se extendió aún más entre la infortunada gente.
Entre aquellos que asistieron a los moribundos
dos con inquebrantable tenacidad, fue un venerable obispo, Monseñor André Días, que vivió en el Convento o Monasterio de Santo Domingo. Este santo varón, viendo que la epidemia, lejos de disminuir, crecía a diario en intensidad y perdiendo la esperanza en la ayuda humana, urgió a la infeliz gente a, que invo¬caran el Santo Nombre de Jesús. Donde quiera que la enfermedad fuera más furiosa, se le había visto, urgiendo, impl()rando a los enfermos y moribundos y a aquellos a los cuales no les había tocado la enfermedad, el repetir: "Jesús, Jesús." "Escribidlo en estampas," decía, "y guardadlas dentro de vosotros. Ponedlas por la noche debajo de las almohadas. Ponedlas en las puertas, pero por encima de todo, invocad constantemente con vuestros labios y en vuestros corazones este Nombre que es de lo más poderoso."
El fue, como ángel de paz, llenando a los enfermos y moribundos con coraje y confianza. Los pobres dolientes sentían dentro de ellos una nueva vida,'y nombrando a Jesús, ponían las estampas en sus pechos o en sus bolsillos.
Entonces citándoles en la gran Iglesia de Santo Domingo, les habló una vez más del poder del Nombre de Jesús y bendijo agua en el mismo Santo Nombre. Ordenando que toda la gente se salpicara con ella y que salpicaran la cara de los enfermos y moribundos. ¡Maravilla de maravillas! Los enfermos sanaron, los moribundos resuc'i¡taron de sus agonías, la plaga cesó y la ciudad fue librada en pocos días del más espantoso azote que jamás la había visitado.
Las noticias se extendieron por todo el país, y todos empezaron al unísono a invocar el Nombre de Jesús. En un increíble y corto período de tiempo todo Portugal se vio libre de la horrorosa enfermedad.
La gente agradecida, teniendo presente las maravillas que habían presenciado, continuaron su amor y confianza en el Nombre de nuestro Salvador. Así que en sus problemas, en todos los peligros, cuando males de cualquier clase les amenazaban, ellos invocaban el Nombre de Jesús. Fueron fundadas confraternidades en las iglesias, fueron hechas procesiones del Santo Nombre mensualmente, fueron levantados altares en honor de este bendito nombre, así que la mayor maldición que jamás había caíd,o en el país fue transformada en una de las mas grandes bendiciones.
Por siglos,. esta confianza en el Nombre de Jesús continuó en Portugal y así mismo se extendió a España, Francia, y al resto del mundo.
 

Respuesta  Mensaje 4 de 11 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 04/01/2011 00:58
 
Capítulo 5
GENSERIC EL GODO
En el reino de Genseric, el Rey arriano de los Godos, uno de los favoritos cortesanos del Rey, el Conde de Armo gasto, fue convertido del arrianismo a la Iglesia Católica.
El Rey, oyendo el hecho, se enfureció de tal manera que llamó al joven noble a su presencia y trato por todos los medios en su poder inducirle a rechazar su Fe y volver a la secta arriana. Ni las amenazas ni las promesas le importaron. El Conde rehusó toda insinuación y conservó su nueva Fe. Genseric dio rienda suelta a su furia y ordenó que ataran al joven con fuertes cuerdas y que los fornidos verdugos las, apretaran con todas sus fuerzas. El tormento era inmenso pero la víctima no mostraba señales de dolor. Repitió por dos o tres veces 'Jesús, Jesús, Jesús," y las cuerdas se ablandaron como telas de araña y cayeron a sus pies.
Enfurecido sin medida el tirano, ordenó ahora que fueran traídos tendones de bueyes, tan fuertes como el alambre. El Conde fue atado de nuevo y el Rey pidió a los verdugos que usaran todas sus fuerzas. Una vez más, su víctima  invocó el nombre de Jesús. Y las nuevas ligaduras como las viejas se aflojaron como hilos. Echando espuma por la boca de odio, ordenó que el mártir fuera atarlo por los pies y colgado de la rama de un árbol, cabeza abajo.
Sonriendo a esta nueva moda de tortura, el Conde Armogasto cruzó los brazos en su regazo y repitiendo el Santo Nombre, se durmió tranquilamente como si estuviera echado en el más suave y cómodo sofá.

 

Respuesta  Mensaje 5 de 11 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 04/01/2011 00:59
 
Capítulo 6
D. MELCHOR SONRÍE A SUS VERDUGOS
 
Tenemos otro incidente parecido de la misma clase narrado por el mártir chino, el Venerable Dominico y obispo, Don Melchor.
En una de las muchas persecuciones que atacaron a China, y que dio tantos santos a la Iglesia, este santo obispo fue perseguido y después de haber resistido los más brutales tormentos, era condenado a una muerte cruel.
Fue arrastrado al mercado en medio del populacho, los cuales vinieron a •satisfacerse con sus sufrimientos.
Le desnudaron y cinco verdugos armados con afiladas espadas empezaron a cortar sus dedos, uno por uno, coyuntura por coyuntura, después sus brazos, luego sus piernas, causándole una agonía extremadamente dolorosa. Finalmente rajaron su encarnadura y le rompieron los huesos.
Durante este prolongado martirio, sin visibles signos de dolor por parte del obispo, sonreía y decía despacio y en alta voz, "Jesús, Jesús, Jesús." Esto le daba una maravillosa fuerza ante
el asombro de sus verdugos.
No hubo una lágrima o queja que se escapara de sus labios, hasta que finalmente, después de horas de tortura, calladamente, expiró con la misma dulce y pacífica sonrisa en su cara.
Qué maravillosa consolación no sentiríamos cuando confinados en cama por una enfermedad o desgarrados por el dolor, repitiéramos devotamente el Nombre de Jesús.
Muchas gentes que no pueden dormir encontrarían ayuda y consolación si invocaran en estos momentos de insomnio el Santo Nombre y muy probablemente caerían en un tranquilo sueño.
SAN ALEJANDRO
Y LOS FILÓSOFOS PAGANOS
Durante el reinado del Emperador Constantino, la religión cristiana estaba progresando constante y rápidamente.
En Constantinopla, los filósofos paganos se sintieron agraviados al ver que muchos de sus adeptos desertaban dé su vieja religión y se unían a la nueva. Ellos rogaron al mismo Emperador pidiendo, en justicia, deberían de ser escuchados y permitirles convocar una conferencia pública con el obispo de los cristianos, San Alejandro, que por aquel entonces gobernaba la sede de Constantinopla. Era un hombre santo pero no un agudo lógico.
No tuvo miedo, por esta razón, de conocer al representante de los filósofos paganos que era un astuto dialéctico y un elocuente orador. En el día señalado, delante de una vasta asamblea de hombres doctos, el filósofo empezó muy cuidadosamente preparado a atacar las enseñanzas cristianas. El santo obispo escuchó por algún tiempo y entonces pronunció el Santo Nombre de Jesús, el cual confundió al filósofo de tal manera, que no solamente perdió el hilo de su discurso sino que le fue inútil, incluso con la ayuda de sus colegas, volver al ataque.
Santa Cristiana era una joven esclava en el Kurdistán, una región casi enteramente pagana. Era costumbre en ese país que, cuando un niño estaba gravemente enfermo, su madre le llevara en brazos a las casas de sus amigos y preguntara si ellos sabían de algún remedio que pudiera beneficiar al pequeño. En una de estas ocasiones, una madre trajo a su hijo enfermo a la casa donde cristiana vivía.
Preguntándole si sabia de algún remedio de esa enfermedad, miró al niño y dijo: "Jesús,  Jesús."  .
En un instante, el niño moribundo sonrió y se levantó con gozo. Estaba completamente curado.
Este extraordinario hecho pronto fue conocido y llegó a 'los oídos de la reina que estaba inválida. Dio órdenes para que trajeran a cristiana a su presencia.
Llegando a palacio, la real paciente preguntó a cristiana si podría, con el mismo remedio, curar su enfermedad en la que habían fallado los médicos. Una vez más Cristiana pronunció con ,gran confianza: "Jesús, Jesús." Y de nuevo, este divino Nombre fue glorificado. La reina recobró instantáneamente la salud.
Una tercera maravilla más estaba por suceder.
Algunos días después de la cura de la reina, el rey se encontró cara a cara con una muerte certera. La escapatoria parecía imposible. Sabiendo el poder del Divino Nombre, el cual él había sido testigo con la cura de su esposa, su Majestad invocó: "Jesús, Jesús," y sucedió que fue arrebatado de tan horrible riesgo. Llamando de la misma manera a la pequeña esclava, aprendió de ella las verdades del cristianismo, él, así como una gran multitud de su gente, abrazó la Fe.
Cristiana es santa y su fiesta se celebra el 15 de Diciembre.
San Gregorio de To.urs relata que cuando él era un muchacho su padre cayó gravemente enfermo y se estaba muriendo. Gregorio, rezó fervientemente por su recuperación. Cuando Gregorio estaba durmiendo por la noche, su Ángel de la Guarda se le apareció y le dijo:
Escribe el Nombre de Jesús en una tarjeta y coló calo debajo de la almohada del enfermo.
A la mañana siguiente,' Gregorio contó a su madre el mensaje del Ángel, la cual le aconsejó que obedeciera. Así lo hizo, poniendo la tarjeta debajo de la cabeza de su padre. Para regocijo de la familia, el paciente se mejoró rápidamente.
Podríamos llenar páginas y páginas con los milagros y maravillas que ha obrado el Santo Nombre en todos tiempos y lugares, no solamente por los Santos, sino por todo el que invoque este Divino hombre con reverencia y Fe.
Márchese decía: "Intervengo aquí para relatar las maravillas obradas y las gracias concedidas por Nuestro Señor a aquellos que son devotos a Su Santo Nombre porque San Juan Crisóstomo me recuerda que Jesús es siempre nombrado cuando los milagros están hechos por hombres santos; enumerarlos desde aquí sería tratar de dar una lista de los incontables milagros que Dios ha hecho a través de todos los siglos, para incrementar la gloria de Sus Santos o para crear y reforzar la Fe en los corazones de los hombres."
ESTAMPAS DEL SANTO NOMBRE
Estampas con el Santo Nombre en ellas inscritas han' sido usadas y recomendadas por los grandes amantes del Santo Nombre como Monseñor André Días, San Leonardo de Puerto Mauricio y San Gregorio de Tours arriba mencionados.
Nuestros lectores harían bien en usar estas estampas, llevándolas consigo durante el día y poniéndolas debajo de la almohada por la noche, colocándolas en las puertas de las habitaciones.


Respuesta  Mensaje 6 de 11 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 04/01/2011 00:59
 
Capítulo 7
LOS SANTOS Y EL SANTO NOMBRE
Todos los Santos tienen un inmenso amor y confianza en el Nombre de Jesús. Ellos vieron en este Nombre con una clara visión, todo el amor de Nuestro Señor, todo su poder, todas las cosas bellas que dijo y hizo en la tierra.
Hicieron todas sus obras maravillosas en el Nombre de Jesús. Obraron milagros, echaron demonios, curaron enfermos y confortaron a todos usando y recomendándoles que se acostumbraran a invocar al Santo Nombre. San Pedro y los Apóstoles convirtieron al mundo con este Nombre Todopoderoso.
El Príncipe de los Apóstoles empezó su gloriosa carrera predicando el Amor de Jesús a los judíos en las calles, en el Templo, en sus sinagogas. Su primer gran milagro ocurrió el primer domingo de Pentecostés cuando iba a entrar en el Templo con San Juan. Un hombre cojo, bien conocido por los judíos que frecuentaba el Templo, estrechaba sus manos esperando recibir limosna. San Pedro le dijo: "No tengo plata ni oro; pero te doy lo que tengo: En el Nombre de Jesucristo nazareno, levántate y anda." (Hechos 3-6).
Instantáneamente, el cojo se levantó y brincó de júbilo.
Los judíos estaban atónitos, pero el gran apóstol les dijo: "¿Por qué os maravilláis de esto .... como si por nuestro propio poder o piedad le hubiésemos hecho andar? El Nombre de Jesús, por la fe en él, ha devuelto las fuerzas a este hombre."
Innumerables veces desde esos días de los Apóstoles. El Nombre de Jesús ha sido glorificado.
Citaremos algunos de los incontables ejemplos que nos muestran como los Santos derivan toda su fuerza y consolación en el Nombre de Jesús.
 

Respuesta  Mensaje 7 de 11 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 04/01/2011 00:59

SAN PABLO

San Pablo era de una manera muy especial el predicador y el-doctor del Santo Nombre. Al principio, fue un furioso perseguidor de la Iglesia, movido por un falso celo y odio hacia Cristo. Nuestro Señor se le apareció en el camino de Damasco y le convirtió, haciendo de él el gran apóstol de los gentiles y dándole su gloriosa misión, que era predicar y hacer conocer Su Santo Nombre a príncipes y reyes, a judíos y gentiles, a todas las gentes y naciones.
San Pablo, lleno con ardiente amor por Nuestro Señor empezó su gran misión-desarraigando el paganismo, derribando falsos ídolos, confundiendo a filósofos de Grecia y Roma, no temiendo a enemigos y conquistando toda las dificultades-todo en el Nombre de Jesús.
Santo Tomás de Aquino dice de él: "San Pablo llevó el Nombre de Jesús en su frente porque se gloriaba en proclamarlo a todos los hombres. El lo llevaba en sus labios porque adoraba invocarlo, en sus manos ya que le encantaba escribirlo en sus Epístolas; en su corazón, porque su corazón ardía por su amor. Él mismo nos dice: 'Yo no vivo, es Cristo quien vive en mí.' "
San Pablo nos dice en su propia y bella manera las dos grandes verdades acerca del Nombre de Jesús.
Primero que todo, nos dice el infinito poder de Su Nombre. "Al Nombre de Jesús doblan la rodilla todas las criaturas del cielo, tierra e infierno."
Todas las veces que decimos 'Jesús," damos una infinita alegría a Dios, a todo el Cielo, a la Bendita Madre de Dios y a los Ángeles y a los Santos.
En segundo lugar, nos dice cómo usarlo. "Lo que sea que hagas, cuando hablas ó trabajas, hazlo todo en el Nombre de Nuestro Señor Jesucristo," y añade: si comes ó bebes ó cualquier cosa que hagas, hazlo todo en el Nombre de Jesús.
Este consejo lo siguieron todos los Santos, así que todos sus actos fueron hechos por amor a Jesús y por esto todos sus actos y pensamientos ganaban ó les hacían ganar gracias y méritos. Era por este Nombre que ellos se hacían santos.

Respuesta  Mensaje 8 de 11 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 04/01/2011 01:00
 
Si seguimos este mismo consejo del Apóstol, nosotros también podemos alcanzar un grado muy alto de santidad.
¿Cómo lo haremos todo en el Nombre de jesús? Acostumbrándonos, como ya hemos dicho, a repetir el Nombre de Jesús frecuentemente durante el día. Esto no presenta dificultad solamente se necesita buena voluntad.
San Augustin, el gran Doctor de la Iglesia, encontró sus delicias en repetir el Santo Nombre. Él mismo nos dice que encontraba mucho placer en los libros que hacían mención frecuente de este Nombre todo consolador.
San Bernardo sentía un maravilloso gozo y consolación en repetir el Nombre de jesús. Lo sentía, dice, como miel en su boca y una deliciosa paz en su corazón. Nosotros también sentiremos paz aún, en nuestras almas si imitamos •a San Bernardo y repetimos frecuentemente el  Santo Nombre.
Santo Domingo pasó sus dias predicando y discutiendo con herejes. Él siempre fue a pie de sitio en sitio, tanto en los opresivos calores del verano0 en el frío y la lluvia del invierno. Los herejes Albigenses, a quienes él trataba de convertir, eran más como demonios salidos del infierno que hombres mortales. Su doctrina era infame y sus crímenes innumerables. Aún así, como otro San Pablo, convirtió cien mil de estos hombres malvados, así que muchos de ellos, se hicieron destacados por su santidad. Cansado por la noche con sus trabajos, él pidió solamente un premio que era pasar la noche delante del Santísimo Sacramento derramando su alma en amor de jesús. Cuando su pobre cuerpo no pudo resistir más, apoyó la cabeza en el altar y descansó un poco, después, empezó una vez más su íntima conversación con Jesús. A la mañana siguiente, celebró Misa con el ardor de un serafín así que a veces su cuerpo se levan-taba del suelo en un éxtasis de amor. El Nombre de jesús llenaba su alma de gozo y deleite.
Beato Jordan de Sajonia, que sucedió a Santo Domingo como Padre General de la Orden, era un predicador de gran renombre. Sus palabras Iban directas al corazón de sus oyentes pero sobre todo cuando les hablaba de Jesús.
Sabios profesores de ciudades universitarias venían con deleite a oírle y muchos de ellos se hacían Dominicos. Otros frailes temían venir porque serían inducidos también a unirse a su Orden. Tantos fueron arrastrados por la irresistinte elocuencia del Beato Jordan que cuan,do su VISIta era anunciada en una ciudad el prior del Convento traía enseguida gran cantidad de tela blanca para hábitos para aquellos que solicItanan, por seguro, entrar en la Orden. El mismo Beato Jordan recibió mil postulantes al hábito, además de los más destacados profesores de las universidades europeas.
San Francisco de Asis. Este ardiente serafín de amor encontró su deleite repitiendo el amado Nombre de jesús. San Buenaventura dice que la alegría que iluminaba su cara y el tierno acento de su voz mostraba cuanto el gustaba invocar al Santísimo Nombre.
No es extraño, entonces, que él recibiera en sus manos, pies y costado las señales de las cinco heridas de Nuestro Señor, como premio a su ardiente amor.
A San Ignacio de Loyola no le ganaba nadie en su amor al Santo Nombre. No dió a su gran orden su propio nombre. Lo llamó la "Sociedad de jesús." Este divino Nombre ha sido una protección y defensa de la Orden en contra de sus enemigos y una garantía de la santidad de sus miembros. Gloriosa, por cierto, es la gran Sociedad de jesús.
San Francisco de Sales no tiene temor en decir que quien tuviera la costumbre de repetir el Santo Nombre frecuentemente puede estar ciérto de una muerte santa y feliz.
y desde luego no puede haber duda en esto porque siempre que decimos 'Jesús" aplicamos
2. Aquí debemos mencionar San Bernardino de Siena (1380-1444), un sacerdote Franciscano, que fue posiblemente el mejor propagador de la devoción del Santo Nombre de Jesús. Los fervorosos sermones de San Bernardino atraían a un gran gentío de toda Italia cuando predicaba la devoción del Santo Nombre.-Editor,
la Sangre Salvadora de jesús a nuestras almas mientras que al mismo tiempo imploramos a Dios cumplir lo prometido, dándonos todo aquello que pidíeramos en Su Nombre. Todo aquel que deseara una muerte santa, puede asegurarla repitíendo el Nombre de jesús. Esta practica no solamente obtendrá para nosotros una muerte santa, sino que disminuirá notablemente el tiempo en Purgatorio y muy posiblemente nos librará de ese horrible fuego.
Muchos santos pasaron sus últimos días repitiendo constantemente "Jesús, jesús."
Todos los Doctores de la Iglesia están de acuerdo al decirnos que el demonio reserva SuS más furiosas tentaciones para nuestros últimos momentos, y llena entonces la mente del moribundo con dudas, miedos y tentaciones espantosas con la última esperanza de llevar la infortunada alma al infierno. Felices aquellos que en vida estuvieron seguros de acostumbrarse a nombrar el Nombre de jesús.
Hechos como estos, que acabamos de mencionar, están fundados en las vidas de los más grandes siervos de Dios que se hicieron Santos y alcanzaron los más altos grados de santidad por este simple y fácil hecho.
San Vicente Ferrer, uno de los más famosos predicadores que el mundo jamás ha oído, convirtió a los más pervertidos criminales y los trans¬formó en los más fervientes cristianos. Convirtió a 80,000 judíos y a 70,000 moros, un prodigio que no hemos leído en la vida de otro santo. Tres milagros requiere la Iglesia para la canonización de un santo; pero en la bula de la canonización de San Vicente se cuentan 873.
Este gran santo quemado por el Amor del Nombre de jesús, obró extraordinarios hechos con este Divino Nombre.
Nosotros, sin embargo, pecadores como somos, podemos con este Omnipotente nombre obtener todos los favores y gracias. El más débil de los mortales se puede convertir en fuerte, el más afligido encuentra en Él consolación y alegría.
¿Quién puede ser tan tonto o negligente como para no tener por costumbre el repetir Jesús, jesús, jesús," constantemente? No nos cuesta nada. No presenta dificultad alguna y es un infalible remedio para todos los males.
Beato Gonzalo de Amarante alcanzó un altísimo grado de santidad repitiendo con frecuencia el Santo Nombre.  Beato Gil de Santarem sintió tal amor y deleite al decir el Santo Nombre que se levitó en éxtasis. Aquellos que repiten frecuentemente el Nombre de Jesús sienten una gran paz en su alma. "Esa paz que el mundo no puede dar," la cual solo Dios da, "una paz que sobrepasa todo entendimiento."
San Leonardo de Puerto Mauricio apreciaba una tierna devoción al Nombre de jesús y en sus continuas misiones enseñaba a la gente que le rodeaba para escuchar las maravillas del Santo . nombre. Esto lo hacia con tal amor que las lágrimas caían de sus ojos y de los ojos de todos aquellos que le escuchaban.
Les rogó que pusieran una estampa con este Divino Nombre en sus puertas. Esto fue asistido con los resultados más felices, para muchos, fueron salvados de enfermedades y desastres de varias clases.
Uno, desafortunadamente, no lo pudo hacer porque el dueño de la casa en que vivía, siendo judío, se negó rotundamente a que apareciera el Nombre de jesús en la puerta. El, y otro huésped, decidieron, entonces, ponerlo en las ventanas, y así lo hicieron. Algunos días más tarde, un furioso fuego irrumpió en el edificio que destruyó todos los apartamentos que pertenecían al judío; pero las habitaciones de los vecinos cristianos no sufrieron ningún daño.
Este hecho fue hecho público e incrementó notablemente la fe y confianza en el Santo Nombre de nuestro Salvador. De hecho, toda la ciudad de Ferrajo fue testigo de esta extraordinaria protección.
San Edmundo tenía una devoción especial al Nombre de jesús, que el mismo Nuestro Señor le enseñó. Un día, cuando él estaba en el campo separado de sus compañeros, un hermoso niño se puso a su lado y preguntó: "¿Edmundo, me conoces?" Edmundo contestó que no. Entonces Jesús.
Sus entrevistas con el querido Ángel eran de naturaleza simple y familiar, hablaba con él, observaba su cara, le hacía muchas preguntas a las cuales él respondía con inefable amor y afecto.
El llevó mensajes de ella a Nuestro Señor, a la Santísima Virgen y a los Santos y le trajo sus  respuestas.
Además, este glorioso Angel llevó a cabo el más tierno de los cuidados a su protegida. El la enseño a rezar y meditar especialmente en la Pasión y sufrimientos de Nuestro Señor. Le dio admirables consuelos y amables reprimendas cuando cometía alguna pequeña falta. Bajo su tutela, Gemma alcanzó rápidamente un alto grado de perfección.

Respuesta  Mensaje 9 de 11 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 04/01/2011 01:00
LA DOCTRINA DEL SANTO NOMBRE
Explicaremos ahora la ahora la doctrina del Santo nombre el capítulo más importante de este librito para mostrar a nuestros lectores de donde viene el poder y el divino valor de este Nombre y como los santos obraron sus maravillas por Él y como nosotros podemos obtener por su eficacia todas las bendiciones y gracias.
Puedes preguntar, querido lector, ¿cómo puede ser que una sola palabra pueda obrar tales prodigios?
Contesto que con una palabra Dios hizo el mundo. Con su palabra, El hizo de la nada el sol, la luna, las estrellas, las altas montañas, y los vastos océanos. Por su palabra sostiene la existencia del universo.
¿No hace el sacerdote también, en la Santa Misa, el prodigio de prodigios? ¿No transforma la pequeña hostia blanca en el Dios del Cielo y de la tierra con las palabras de la Consagración? y aunque Dios solamente puede perdonar los pecados, ¿no lo hace el sacerdote también en el confesionario perdonando los más negros pecados y los más espantosos crímenes?
¿Cómo? Porque Dios da a sus palabras infinito poder.
Así, también Dios, en su inmensa bondad da a cada uno de nosotros una palabra todopoderosa con la cual podemos hacer maravillas por Él, para nosotros mismos y para el mundo. Esa palabra es "Jesús."
Recuerda lo que San Pablo nos dice: "Este es el nombre por encima de todo nombre," y que " ... al Nombre de jesús doblan la rodilla todas las criaturas del cielo, tierra e infierno."
Pero, ¿por qué?
Porque "Jesús" significa Dios hecho hombre.
Por ejemplo, en la Encarnación cuando el Hijo de Dios se hace hombre, es llamado jesús así que cuando decimos "Jesús" ofrecemos al Eterno Padre el infinito amor y los mérito de jesucristo. En una palabra, Le ofrecemos Su Santísimo Hijo Divino, Le ofrecemos el gran Mysterio de la Encarnación. jesús es la Encarnación.
¡Qué pocos son los cristianos que tienen una idea adecuada de este misterio sublime y sin embargo 'es la mayor prueba que Dios nos ha dado, o pudiera darnos, de Su amor personal para nosotros! Esto lo es todo para nosotros.

Respuesta  Mensaje 10 de 11 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 04/01/2011 01:01
 
LA ENCARNACIÓN
Dios se hizo hombre por amor a nosotros, pero ¿de qué nos sirve si no entendemos éste amor?
Dios, el Infinito, el Inmenso, Eterno, el Dios Todopoderoso, el Creador Omnipotente, el Dios que llena el Cielo con su Majestad, Su Grandeza , se hace un niñito para ser como nosotros y así  ganar nuestro amor.
El entró en el vientre puro de la Virgen María . allí se echó escondido por nueve meses enteros. Entonces nació en un establo entre dos animales. Era pobre y humilde. Pasó 33 años trabajando, sufriendo, rezando, enseñando su hermosa Religión, obrando milagros, haciendo bien a todos. El hizo todo esto para probar su amor por cada uno de nosotros y así nos obliga a amarle.
Este estupendo acto de amor ha sido tan grande que incluso ni los más altos ángeles del cielo pudieron concebir que esto fuera posible si Dios no se los hubiera revelado.
Fue tan grande que los judíos, el pueblo escogido por Dios, que estaban esperando a un Salvador se escandalizaron al pensar que Dios pudiera hacerse tan humilde.
Los filósofos gentiles, a pesar de su supuesta sabiduría, dijeron que era una locura el pensar que Dios Omnipotente pudiera hacer tanto por amor a los hombres.
San Pablo dice que Dios gastó todo su poder, sabiduría y bondad haciéndose hombre por nosotros: "El se desgastó."  Nuestro Señor confirma estas palabras del Apóstol cuando dice: ¿Qué más pude hacer?
Todo esto lo hizo Dios no por todos los hombres en general, sino por cada uno de nosotros en particular. Piensa, piensa en esto.
Lo crees, lo entiendes, quendo lector, que Dios te quiere tanto, tan íntimamente, tan personalmente. ¡Qué alegría, qué consolación! si realmente supieras y sintieras que este Gran   Dios te quiere tan simceramente.
Nuestro Señor ha hecho aún más, nos ha dado todos sus méritos infinitos para que así podamos ofrecerlos al Eterno Padre tan a menudo como queramos, cientos ó miles de veces al día.  Y eso es lo que podemos hacer cada vez que decimos "jesús" si solamente recordamos lo que estamos diciendo.
Estarás, quizás, sorprendido de esta maravillosa doctrina. ¿Nunca lo has oído antes?
Pero ahora por lo menos ya sabes las infinitas maravillas del Nombre de "jesus." Di este Santo Nombre constantemente. Dilo devotamente.  y en el futuro, cuando digas 'Jesús," recuerda que estás ofreciendo a Dios. todo el  infinito amor y los méritos de -Su HIJO. Tu estas ofreciéndole Su Divino Hijo. No puedes ofrecer nada más santo, nada mejor, nada que más le agrade, nada más meritorio para ti.
Qué desagradecidos son aquellos que nunca dan gracias a Dios por todo lo que El ha hecho por ellos. Hombres y mujeres que viven 30, O, 70 años y nunca piensan en agradecer a DIOS por Su maravilloso amor.  Cuando dices el Nombre de jesús recuerda también agradecer a nuestro Dulce Salvador por Encarnación.
Cuando estaba en la tierra, curó diez leprosos e u odiosa enfermedad. Estaban tan contentos ue se marcharon llenos de alegría y felicidad, pero ¡solamente uno volvió para darle las gra¬cias! jesús estaba dolido y dijo: "¿Donde están os otros nueve?"
No tendría que sentir tristeza y dolor con mucha más razón, que le agradecemos tan poco por todo lo que El ha hecho por nosotros en la Encarnación y en Su Pasión.
Santa Gertrudis solía agradecer a Dios a menudo con una pequeña jaculatoria, por su bondad, en haberse hecho hombre por ella. nuestro Señor se le apareció un día y le dijo:  querida niña, cada vez que tu honras mi encarnación con esa pequeña plegaria, vuelvo a mi Eterno Padre y le ofrezco todos los méritos de la Encarnación por ti y por todos los que hacen como tu."
¿No tendríamos que tratar de decir "Jesús, Jesús, jesús" a menudo? Seguramente recibiríamos esta maravillosa gracia.


Respuesta  Mensaje 11 de 11 en el tema 
De: stefy1945 Enviado: 04/01/2011 01:41
Este bendito Nombre, invocado por los fieles desde los comienzos de la Iglesia, comenzó a ser venerado en las celebraciones litúrgicas en el siglo XIV. San Bernardino de Siena y sus discípulos propagaron este culto. Como fiesta litúrgica fue introducida en el siglo XVI.

Ocho días después de su nacimiento el hijo de María recibió el nombre de Jesús, que significa Salvador, como lo había ordenado el ángel Gabriel antes de que María concibiera.

El Evangelio menciona la razón de ser de dicho nombre: “Porque va a salvar a su pueblo del pecado”. Jesús iba a obrar la Redención con los más atroces sufrimientos, “humillándose –dice San Pablo– no sólo hasta la muerte sino hasta la muerte de cruz. Por ello Dios lo exaltó y le dio un nombre sobre todo nombre, y al nombre de Jesús se doble toda rodilla”.



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