Mi Año Nuevo

Al terminar este año quiero dar gracias por todo aquello que recibí.
Gracias por la vida y el amor, por las flores, el aire y el sol, por la alegría y el dolor,
por cuanto fue posible y por lo que no pudo ser.
Tengo en mi corazón a las personas que a lo largo de estos meses amé,
las amistades nuevas, los más cercanos a mí y los que están más lejos,
los que me dieron su mano y aquellos a los que pude ayudar,
con los que compartí la vida, el trabajo, el dolor y la alegría.
Pero también, hoy quiero pedir perdón, por todos aquellos
a quienes no alcance, aquellos por los cuales no me preocupe;
deseo que el Señor me ayude y sostenga en este nuevo año,
para que su Gloria sea plenamente exaltada por hacer Su voluntad plena.
Pronto iniciaremos un nuevo año y detengo mi vida
ante el nuevo calendario aún sin estrenar,
y deseo fervientemente vivirlos en plenitud.
Hoy pido para los míos y para mí, paz y alegría,
fuerza y prudencia, claridad y sabiduría,
y especial que la fe en Dios sea el alimento diario en nuestra vida...
Quiero vivir cada día con optimismo y bondad llevando a todas partes
un corazón lleno de comprensión y paz,
y de buenas nuevas de salvación que es en Cristo Jesús.
Deseo cerrar mis ojos a toda cosa que pueda ser de perturbación para mi diario andar,
y mi boca para que solamente salgan palabra de amor hacia los demás.
Abro en cambio mi ser a todo lo que es bueno, que mi espíritu
se llene sólo de bendiciones, y las derrame a mi paso.
Colmar de bondad y de alegría a cuantos conviven conmigo o se acerquen a mí,
para que encuentren en mi vida un poquito de Cristo en todas mis actitudes.
Les deseo un año bienaventurado,
un año de comunión intima con nuestro Padre Celestial y disfrutémoslo