Vivamos la esperanza, vivamos la alegría,
en estas horas dulces de feliz Navidad,
pues floreció en la tierra la auténtica verdad
que llena nuestras almas de paz y de armonía.
Una divina luz alumbró un nuevo día
alejando las sombras de temor y ansiedad,
brilló en nuestro destino con sol de eternidad,
cuando Dios hecho niño mostró su cercanía
Vivamos nuestra vida con limpio corazón,
amando a nuestro hermano, haciendo siempre el bien,
cual Sagrada familia, en viva comunión.

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