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General: Miércoles de la V Semana del Tiempo Ordinario
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Respuesta  Mensaje 1 de 3 en el tema 
De: perladelmar  (Mensaje original) Enviado: 09/02/2011 01:33
Miércoles de la V Semana del Tiempo Ordinario
Santo(s) del día : Santa Apolonia

Ver el comentario abajo, o clic en el título
San Afraates :
«Oh Dios, crea en mí un corazón puro»


Libro de Génesis 2,4-9.15-17.

Cuando el Señor Dios hizo la tierra y el cielo, aún no había ningún arbusto del campo sobre la tierra ni había brotado ninguna hierba, porque el Señor Dios no había hecho llover sobre la tierra. Tampoco había ningún hombre para cultivar el suelo, pero un manantial surgía de la tierra y regaba toda la superficie del suelo. Entonces el Señor Dios modeló al hombre con arcilla del suelo y sopló en su nariz un aliento de vida. Así el hombre se convirtió en un ser viviente. El Señor Dios plantó un jardín en Edén, al oriente, y puso allí al hombre que había formado. Y el Señor Dios hizo brotar del suelo toda clase de árboles, que eran atrayentes para la vista y apetitosos para comer; hizo brotar el árbol del conocimiento del bien y del mal. El Señor Dios tomó al hombre y lo puso en el jardín de Edén, para que lo cultivara y lo cuidara. Y le dio esta orden: "Puedes comer de todos los árboles que hay en el jardín, exceptuando únicamente el árbol del conocimiento del bien y del mal. De él no deberás comer, porque el día que lo hagas quedarás sujeto a la muerte".


Salmo 104(103),1-2.27-28.29-30.

Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, qué grande eres! Estás vestido de esplendor y majestad
y te envuelves con un manto de luz. Tú extendiste el cielo como un toldo
Todos esperan de ti que les des la comida a su tiempo:
se la das, y ellos la recogen; abres tu mano, y quedan saciados.
Si escondes tu rostro, se espantan; si les quitas el aliento, expiran y vuelven al polvo.
Si envías tu aliento, son creados, y renuevas la superficie de la tierra.


Evangelio según San Marcos 7,14-23.

Y Jesús, llamando otra vez a la gente, les dijo: "Escúchenme todos y entiéndanlo bien. Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo hace impuro es aquello que sale del hombre. ¡Si alguien tiene oídos para oír, que oiga!". Cuando se apartó de la multitud y entró en la casa, sus discípulos le preguntaron por el sentido de esa parábola. El les dijo: "¿Ni siquiera ustedes son capaces de comprender? ¿No saben que nada de lo que entra de afuera en el hombre puede mancharlo, porque eso no va al corazón sino al vientre, y después se elimina en lugares retirados?". Así Jesús declaraba que eran puros todos los alimentos. Luego agregó: "Lo que sale del hombre es lo que lo hace impuro. Porque es del interior, del corazón de los hombres, de donde provienen las malas intenciones, las fornicaciones, los robos, los homicidios, los adulterios, la avaricia, la maldad, los engaños, las deshonestidades, la envidia, la difamación, el orgullo, el desatino. Todas estas cosas malas proceden del interior y son las que manchan al hombre".


Extraído de la Biblia, Libro del Pueblo de Dios.



Leer el comentario del Evangelio por :

San Afraates (?- hacia 345), monje y obispo cerca de Mossul, santo de las Iglesias ortodoxas
Las Disertaciones, nº 4

«Oh Dios, crea en mí un corazón puro»


     La pureza de corazón es una oración mucho más excelente que todas las oraciones recitadas en voz alta, y el silencio, unido a una conciencia sincera, se oye más que la voz alta de un hombre que grita. Ahora pues, amigo mío, dame tu corazón y tu inteligencia: escúchame que voy a hablarte de la fuerza de la oración pura, y verás cómo nuestros padres, los justos de otros tiempos,  se han vuelto prestigiosos a través de su oración delante de Dios, y cómo ésta ha llegado a ser para ellos una ofrenda pura.  

     En efecto, es por la oración que han sido aceptadas las ofrendas. Es ella la que ha hecho que el diluvio cesara, la que ha curado la esterilidad, la que ha hecho retirar a los ejércitos, la que ha desvelado los misterios, la que ha partido el mar en dos, la que ha abierto una brecha en el Jordán, detenido al sol e inmovilizado la luna, la que ha exterminado a los impíos y ha hecho caer fuego, la que ha sujetado el cielo, la que ha hecho salir de la fosa, ha liberado del fuego y ha librado del mar. Su fuerza es totalmente considerable, como fue considerable la fuerza del ayuno puro...  

     Efectivamente, es ante todo a causa de la pureza de su corazón que la ofrenda de Abel fue aceptada delante de Dios, siendo así que la de Caín fue rechazada (Gn 4,4s)... Son los frutos del corazón de éste último que han mostrado y dado testimonio contra él, que estaba lleno de astucia, ya que ha matado a su hermano. En efecto, lo que había concebido en su pensamiento, sus manos lo ejecutaron; pero la pureza de Abel era la de su oración.




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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: perladelmar Enviado: 09/02/2011 03:28
Oración introductoria

Oh Señor, tú eres nuestro Creador y ves el interior de cada hombre, puedes leer nuestros pensamientos y conocer los deseos de nuestro corazón. Tú sabes que esos pensamientos y deseos no siempre son buenos, en muchas ocasiones son oscuros, duros, sucios. Señor, tú también eres nuestro Padre, extiende tu mano desde la cruz y cura nuestro corazón: ilumínalo con la luz de tu mirada, suavízalo con el bálsamo de tu misericordia, límpialo con la sangre de tu costado. Oh María, Virgen Purísima, como buena madre, enséñanos a vivir con un corazón como el tuyo.

Petición

Dios nuestro infunde en mi corazón el soplo de tu amor, que lo purifique de todo mal y lo fortalezca para amar.

Meditación

Todos experimentamos lo que Cristo nos dice en el evangelio de este día. Algunas veces nacen malos sentimientos en nuestro interior o malos deseos: envidia, venganza, rencor, odio, etc. Aquello que contamina al hombre no es lo exterior sino lo que nace del corazón. No era casualidad que en otra ocasión Cristo nos enseñara que son "bienaventurados los limpios de corazón porque ellos verán a Dios" (Mt 5,8). Ser limpio de corazón quiere decir ajustar la inteligencia y la voluntad propias a las exigencias de la santidad de Dios. (cf. CCC 2518). Sabemos que esto no es fácil, Cristo lo sabe y nos da su gracia para poder formar un corazón limpio, un corazón puro, él invita a todos los hombres a tener un corazón así.
De la Virgen María podemos aprender esta lección, como nos lo recordaba el Papa Benedicto XVI: “Así, en la Madre de Cristo y Madre nuestra se realizó perfectamente la vocación de todo ser humano. Como recuerda el Apóstol, todos los hombres están llamados a ser santos e inmaculados ante Dios por el amor (cf. Ef 1, 4). Al mirar a la Virgen, se aviva en nosotros, sus hijos, la aspiración a la belleza, a la bondad y a la pureza de corazón. Su candor celestial nos atrae hacia Dios, ayudándonos a superar la tentación de una vida mediocre, hecha de componendas con el mal, para orientarnos con determinación hacia el auténtico bien, que es fuente de alegría. (Benedicto XVI, Angelus 8 diciembre 2005)

Reflexión apostólica

Acojamos la invitación de Cristo para cultivar en nuestra vida un corazón puro, aprendamos a perdonar, a olvidar las ofensas, aprendamos la grande y difícil lección de pedir perdón a Dios y al prójimo. Es un buen momento para sembrar la semilla de las buenas palabras en nuestras conversaciones, porque esas palabras, como lo dice Cristo, demostrarán lo que se hay en nuestro corazón.

Propósito

En mis conversaciones hablaré de lo bueno que conozco y callaré lo malo.

Diálogo con Cristo

Señor Jesús, tengo que reconocer que a veces me da pena que tú veas mi corazón, pero también sé que tú puedes cambiarlo; te pido, Señor, que con tu amor y tu misericordia lo purifiques y lo renueves, lo cambies por uno como el tuyo para que pueda amar de un modo nuevo, como tú nos amas a nosotros.


“Todos los hombres están llamados a ser santos e inmaculados ante Dios por el amor (cf. Ef 1, 4). Al mirar a la Virgen, se aviva en nosotros, sus hijos, la aspiración a la belleza, a la bondad y a la pureza de corazón” (Benedicto XVI, Ángelus, 8 de diciembre de 2005)

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: angyta50 Enviado: 09/02/2011 16:25

Salmo 104(103),1-2.27-28.29-30.

Bendice al Señor, alma mía: ¡Señor, Dios mío, qué grande eres! Estás vestido de esplendor y majestad
y te envuelves con un manto de luz. Tú extendiste el cielo como un toldo
Todos esperan de ti que les des la comida a su tiempo:
se la das, y ellos la recogen; abres tu mano, y quedan saciados.
Si escondes tu rostro, se espantan; si les quitas el aliento, expiran y vuelven al polvo.
Si envías tu aliento, son creados, y renuevas la superficie de la tierra.




 
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