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General: LA SOLTERÍA
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Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: perladelmar  (Mensaje original) Enviado: 10/02/2011 17:49

 

 

LA SOLTERÍA

Más de cuatro años de su vida dedicaron María y Eduardo en un
noviazgo aparentemente feliz, que se acabó cuando terminaron la
carrera que estudiaron juntos. Fue como si hubieran agotado los
temas de conversación que tenían en la universidad, para entrar en
una competencia profesional que, lejos de dar trascendencia a su
relación, marcaba territorios incompatibles. Finalmente, Eduardo
confesó que cuando se dio cuenta de que su noviazgo le reclamaba más
formalidad, tuvo miedo de continuar, porque necesitaba tiempo para
saber si María era la mujer con quien realmente deseaba pasar el
resto de su vida.

Este caso es el muchas parejas "modernas" que huyen de la
responsabilidad de un compromiso cuando ya tienen todo preparado
para la boda. Quizás no supieron nunca que el verdadero amor no se
traduce en "sentir bonito" cuando se está frente a la pareja y que
tampoco significa: "estar de acuerdo en todo lo que se hace", porque
cuando realmente se ama a alguien, se adquiere el compromiso moral
de ayudarlo respetuosamente a ser mejor, y a que crezca como ser
humano en todos los aspectos.

Cuando los jóvenes sueñan con encontrar al príncipe azul o a la
súper mujer para ser felices, tendrán que plantearse con toda
seriedad si no están esquizofrénicos, porque un mundo así sólo se da
en las telenovelas, pero no en el mundo de personas reales
dispuestas a conocer la felicidad y el sufrimiento, los logros y los
fracasos, la aceptación y el rechazo, y la lucha constante y
permanente, desde que nacemos hasta que dejamos de respirar.

Un estudio realizado por la psicóloga Martha Celia Herrera, asegura
que las mujeres de hoy aún conservan la expectativa de encontrar a
un hombre maduro, productivo, estable, rico, inteligente, paternal,
que cambie pañales, que las acompañe al pediatra, que sea una
excelente pareja, tierno, que externe sus emociones, y que no pida
relaciones íntimas cuando ella está enojada.

Ellos, entre tanto, buscan a la mujer de sus sueños: productiva,
inteligente, excelente anfitriona, que desee uno o dos hijos cuando
él lo decida, que no pida dinero, que sea autosuficiente,
independiente y autónoma, que colabore en la economía familiar y que
cuide a los niños, que lave, planche, cocine y tenga bien arreglada
la casa, además de que se de tiempo para cuidar su apariencia, que
siempre esté súper delgada, que se vea sexy, etc.

La doctora Herrera dice que con la revolución sexual y el feminismo
se rompió el "equilibrio" tradicional entre el papel que
correspondía a los hombres y el que estaba destinado a las mujeres.
Los varones se asustan frente a las mujeres que compiten con ellos
en su espacio laboral y que a menudo están más calificadas que
ellos, y esa amenaza a veces se extiende al campo sentimental.
Influye también que se dividieron los roles, pero nunca quedaron
delineados. Ahora la mujer tiene más actividades que antes, porque
debe estudiar, trabajar y atender a su familia, hecho que resulta
desconcertante para todos.

Las expectativas femeninas y las masculinas son irreales y poco
objetivas. Muchos ni siquiera son capaces de expresar lo que
esperan del otro. Aunque los hombres y las mujeres hemos sido
siempre los mismos, las circunstancias han cambiado y, no tan
positivamente como sería lo deseable. Hoy queremos que todo sea
fácil y desechable, pero eso no es posible en las personas. Nadie
está ya hecho; la vida entera no nos alcanza a veces para irnos
moldeando según nuestras metas y proyectos. De la misma manera dos
seres inacabados, que tendrán que estar conscientes de que van a
esculpirse juntos durante toda la vida.

Anhelar un príncipe azul o una súper mujer junto a nosotros no es un
pecado, pero sí puede llegar a convertirse en un obstáculo para ser
felices al lado de un ser humano de carne y hueso, con
potencialidades y miserias que, como nosotros, necesita comprensión
y verdadero amor para perfeccionarse poco a poco. Si hoy tantas
relaciones se rompen después de un tiempo de tratarse en su
noviazgo, es precisamente porque no estamos dispuestos a trabajar
para forjar una relación sana, sincera, basada en el verdadero amor,
que no es sólo romanticismo, sino prueba constante de fidelidad,
comunicación, respeto y de humanidad.

Curiosamente, la doctora Herrera concluye que, mientras estudian
licenciaturas, maestrías y doctorados, hombres y mujeres no se dan
tiempo para "habilitarse en pareja", para hablar de sí mismos. Todo
eso se queda guardado y, cuando cumplen 30 años o más, deciden tener
un compañero, suponen que, como por arte de magia, contarían con
habilidades que no desarrollaron, porque nunca se dieron tiempo para
hacerlo. Para relacionarse con otra persona hay que estar
dispuesto a negociar, a manejar enojos, a discutir (no pelear),
porque aunque existan puntos de vista diferentes, es posible
conseguir objetivos que satisfagan a los dos, pero eso cuesta.

Quizás el problema radica en que nadie desea comprometerse a
entablar la lucha por lograrlo. Hay demasiado egoísmo. Cada día
son más las mujeres y hombres, profesionales, independientes,
inteligentes y de éxito, que ven pasar los años sin encontrar
pareja. Personas, de todas las clases sociales se encuentran frente
al mismo problema. Son personas solteras que se han quedado
atrapadas en un espacio dentro de la sociedad actual, muy limitado
en cuanto a diversiones y actividades, y se les dificulta mucho
encontrar personas en su misma situación, ya no se diga para
casarse, sino simplemente para acompañarse y entablar una buena
amistad.

Ya no existe la palabra "solterón" o "solterona". Ya no son el
hombre o la mujer amargados, vestidos como fraile o monja. Ahora
son seres impecables, atractivos, de muy buen carácter, que van
supliendo la juventud con personalidad, y desarrollo humano e
intelectual. Pero la soledad no es exclusiva de aquellas personas
que son solteras. Hay personas que aún estando rodeadas de mucha
gente llegan a sentirse muy solas, y a sufrir de carencias
afectivas. También entre mujeres y hombres casados, que comparten
su vida en pareja, es frecuente encontrar "solos acompañados".

Para poder amar verdaderamente hay que renunciar a creer que ese
sentimiento es el fin de la soledad, y estar dispuestos a aceptar
dos soledades, la del otro y la propia. Y es que amar es
confesar: "Sí, yo te amo como tú eres, aunque no correspondas a mis
sueños y a mis esperanzas, porque tu realidad me da mucho más
regocijo que mis sueños..."

"En cuanto a las personas solteras, no tengo ningún mandato del
Señor, pero doy mi opinión como quien por la misericordia del Señor
es digno de confianza. Pienso que, a causa de la crisis actual, es
bueno que cada persona se quede como está. ¿Estás casado? No
procures divorciarte. ¿Estás soltero? No busques esposa. Pero si
te casas, no pecas; y si una joven se casa, tampoco comete pecado.
Sin embargo, los que se casan tendrán que pasar por muchos aprietos,
y yo quiero evitárselos. Lo que quiero decir, hermanos, es que nos
queda poco tiempo. De aquí en adelante los que tienen esposa deben
vivir como si no la tuvieran; los que lloran, como si no lloraran;
los que se alegran, como si no se alegraran; los que compran algo,
como si no lo poseyeran; los que disfrutan de las cosas de este
mundo, como si no disfrutaran de ellas; porque este mundo, en su
forma actual, está por desaparecer. Yo preferiría que estuvieran
libres de preocupaciones. El soltero se preocupa de las cosas del
Señor y de cómo agradarlo. Pero el casado se preocupa de las cosas
de este mundo y de cómo agradar a su esposa; sus intereses están
divididos. La mujer no casada, lo mismo que la joven soltera, se
preocupa de las cosas del Señor; se afana por consagrarse al Señor
tanto en cuerpo como en espíritu. Pero la casada se preocupa de las
cosas de este mundo y de cómo agradar a su esposo. Les digo esto
por su propio bien, no para ponerles restricciones sino para que
vivan con decoro y plenamente dedicados
al Señor" 1 Corintios 7:25-
35.



 

 

 

 



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: angyta50 Enviado: 10/02/2011 18:48
interezante y mu completo claro bello gracias por compartirlo
 
 
 
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