Bendito eres, si comprendes que mis manos tiemblan
y que mis pies se han vuelto lentos.
Bendito eres, si te acuerdas que mis oídos
ya no oyen tan bien y que ya no entiendo todo.
Bendito eres, si sabes que mis ojos ya
no ven bien y que ya no entiendo todo.
.
Bendito eres, si no te pones violento porque
dejé caer la taza más bonita o
porque por enésima vez te repito
el mismo cuento.
Bendito eres, si me sonríes y me preguntas
por los días de mi juventud.
Bendito eres, si me tratas con ternura,
entiendes mis lágrimas silenciosas
y me haces sentir que soy amado.
Bendito eres, si te quedas un poco más conmigo
y me tomas de la mano un ratito
cuando deba entrar solo en la noche.
Bendito eres, y yo cuando esté en el cielo
alumbraré las estrellas para ti.