Dar amor.
Dios nos ha creado por amor, pero de sus criaturas, especialmente de los hombres,
recibe muy poco amor y muchos desprecios y frialdades.
Por eso nosotros, los Consoladores de Jesús y María,
tenemos una misión muy linda y fácil: dar amor a Jesús y a María.
Porque lo único que importa es amar a Dios y al prójimo en Dios.
No es tan difícil la vida del cristiano y la santidad, ya que se reduce simplemente a amar.
No compliquemos las cosas y entreguemos nuestro corazón a Dios y a la Virgen,
para que se consuelen de tanto desabrimiento que reciben.
Digámosle a Jesús y a María muchas veces en el día: "Jesús, María, os amo, salvad las almas",
porque así consolaremos estos benditos y sagrados Corazones, y Ellos derramarán
sobreabundantes e infinitos tesoros de gracias y bienes, en primer lugar
sobre nosotros, que seremos los predilectos de su amor, y luego también
sobre nuestros seres queridos.
Amemos al Amor, amemos a Jesús y a María, y con eso consolaremos
al Señor y a su Madre, porque Ellos solo quieren recibir amor de sus criaturas,
ya que para eso no ha creado Dios.

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