La única manera que usted puede saber si la voz que escucha es la de Dios, es escucharla tan frecuentemente de modo que cuando escuche una voz extraña la pueda reconocer instantáneamente. Es mil veces más sabio dedicar tiempo para aprender la única voz verdadera que tratar de aprender a detectar una multitud de voces falsas.
Dedique por lo menos 15 minutos de su tiempo hoy para tener un momento a solas con Dios y poder así escuchar su voz.