CREO EN MI CORAZÓN

Creo en mi corazón, ramo de aromas
que mi Señor como una
fronda agita,
perfumando de amor toda la vida
y haciéndola bendita.

Creo en mi corazón, el que no pide
nada porque es capaz del
sumo ensueño
y abraza en el ensueño lo creado:
¡inmenso dueño!

Creo en mi corazón, que cuando canta
hunde en el Dios profundo
el franco herido,
para subir de la piscina viva
recién nacido

Creo en mi corazón, el que tremola
porque lo hizo el que turbó
los mares,
y en el que da la Vida orquestaciones
como de pleamares.

Creo en mi corazón, el que yo exprimo
para teñir el lienzo de
la vida
de rojez o palor y que le ha hecho
veste encendida.

Creo en mi corazón, el que en la siembra
por el surco sin fin
fue acrecentando.
Creo en mi corazón, siempre vertido,
pero nunca
vaciado.

Creo en mi corazón, en que el gusano
no ha de morder, pues
mellará a la muerte;
creo en mi corazón, el reclinado
en el pecho de
Dios terrible y fuerte
Autor: Gabriela Mistral
