¿Poseedores o poseídos?
Cuenta una fábula que cierta mosca inexperta codiciaba un plato con miel que había cerca de ella. Y le dijo a la mosca adulta que tenía a su lado: “¿Por qué no vamos a comer un poco de esa rica miel? Podríamos adueñarnos de todo el plato”.
Pero la mosca con más experiencia le respondió a su joven compañera: “No, eso es peligroso. Si tú vas a comer de la miel del plato pronto quedarás allí pegada. No vas a ser la dueña del plato, sino que el plato se adueñara de ti”. Pero la joven mosquita no tomó en cuenta el buen consejo, y al instante quedó atrapada y muerta en medio de la codiciada miel.
¡Cuántas veces los seres humanos nos comportamos como esta mosquita insensata!
La codicia y el materialismo hasta pueden enfermar y acortar la vida, como lo ilustra esta corta poesía, titulada “Ahí va Romero”.
En su juventud
Gastó su salud
Buscando dinero.
En su senectud
Gastó su dinero
Buscando salud
Ya sin dinero
Y ya sin salud
¡Ahí va Romero, en un ataúd!...
Porque, ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo entero si pierde su alma?, o ¿qué podrá dar el hombre a cambio de su alma? (Mateo 16, 26)