"El amor es como un jarrón de cristal: una vez roto, sus pedazos nunca se volverán a juntar" (Carlos Dómine)
Ella
vivía feliz con su pareja. No estaban casados pero para ella él era su
marido. Habían tenido una hija fruto del amor, pero un día él se fue a
su pueblo de origen y se casó con una chica de su etnia. No sé como ella
se enteró pero cuando él volvió dejándose a su esposa allá en el pueblo
y quiso volver, ella lo echó de la casa….El dolor le llevó a una gran
depresión. No podía dormir, se encerraba en su cuarto llorando, no
quería ver a nadie, su carácter se agrió de tal manera que la hizo
tratar mal a sus hijos…. La soledad fue minando su salud….. Unos meses
después él apareció de nuevo por su casa y le pidió perdón diciéndole
que su boda había sido porque sus padres lo habían obligado a ello y que
en su pueblo había que obedecer siempre a los padres pero que era a
ella a quien amaba por lo que iba a divorciarse de su esposa. Ella se
dejó engañar, era tanto lo que extrañaba y lo volvió a admitir en su
casa pero ya nada funcionó. Ella había perdido la confianza, se había
roto el amor y no fue posible recomponerlo. Duraron años
juntos pero la convivencia se convirtió en un infierno. Las discusiones,
las peleas eran continuas. En una ocasión él intentó agredirla
físicamente pero ella se defendió y estuvo a punto de matarlo con un
gran cuchillo aunque en último momento descargo su rabia sobre un sofá.
Hacía tiempo que cada uno dormía en habitaciones distintas. Ella buscó
refugio en su trabajo. Cuando volvía a su casa después de 12 horas
agotadoras de trabajo se encerraba en su cuarto para evitar encontrarse
con él. Al final de común acuerdo decidieron separarse para no hacerse
mas daño. El se fue de la casa pero para ella fue terriblemente
doloroso. Se había roto para siempre el gran amor y lo reflejó en un
escrito que finalizaba así: “ADIOS PARA SIEMPRE CON MI CORAZON SANGRANTE POR ANIMARME A DECIRTE ADIOS PARA SIEMPRE, MI MAS BELLO TESORO.”
Ella
cayó en una gran depresión y se refugió en internet escribiendo
escritos llenos de tristeza y chateando para romper su soledad. Quiso
cambiar de ciudad pero en el avión se sintió morir. La ingresaron en un
hospital. Cuando le dieron el alta volvió a su ciudad…. Volvió a
refugiarse al internet. Tuvo muchas admiradores …. Hubo de todo, hombres
correctos que le escribían bellos poemas, hombres que solo querían
jugar con sus sentimientos, otros que lo que querían era sexo, otros de
su misma ciudad que deseaban un encuentro. Rechazó
a todos los que buscaban sexo. Tampoco quería citas. Se ilusionó con
uno que le decía cosas bonitas pero fue un golpe amargo cuando se dio
cuenta de que estaba jugando con varias de las amigas. Si pensamiento
era que nunca mas estaría con un hombre. La soledad y los
problemas familiares hicieron que su salud fuese cada vez peor. Un día
encontró una persona que solamente quería ayudarla a salir de su
depresión.
Ella
le abrió su corazón y así él pudo ayudarla sobre todo aumentando su
autoestima, pero ocurrió que él al leer dentro de ella llegó a
enamorarse no de su físico sino de su gran valía y personalidad. Un
día él le confesó su amor. Ella no estaba dispuesta aún a entregar su
corazón pero a su insistencia al final cedió a empezar una relación a
distancia. Poco a poco ella fue valorando el
amor de él, su comportamiento, su sinceridad y sobre todo su gran
corazón y la intensidad de su amor. No fue fácil, las presuntas amigas
intentaron destruir la relación pero a pesar de todo el amor subsistió.
Ella un día escribió” Al final del precipicio te encontré y de ti me
enamoré”. A pesar de todos los problemas decidieron unir sus vidas en un
futuro pero sin precipitarse dándose tiempo para conocerse mas a fondo.
Un día su antiguo amor, poniendo como excusa que tenían que hablar
sobre el futuro de su hija, la invitó a una cena. El quiso recuperarla.
Le dijo que la seguía amando y con lágrimas en los ojos le pidió que lo
volviese a aceptar. Confesó que estaba arrepentido de sus errores y que
si ella lo aceptase se divorciaría de su pueblerina esposa y que se
había dado cuenta de que ella era su gran amor y que no podía vivir sin
ella. -Lo siento mucho, ella contestó, y me alegro de que ahora te hayas
dado cuenta de lo que te amaba profundamente pero ya es tarde. Tú
rompiste nuestro amor y ya no siento nada por ti. Ahora estoy
profundamente enamorada de un gran hombre que me ha ayudado a salir de
mi depresión, que me ama y me valora y que me va a hacer su esposa.
Olvídate de mí. Tú me perdiste y ya no podrás nunca recuperarme. Entre
tú y yo sólo queda nuestra hija pero nada más. Ahora lo que tienes que
hacer es traerte a tu esposa y procurar ser feliz con ella como yo soy
feliz con mi nuevo amor.
Así acabó la historia de un gran amor que un día se rompió y ya no hubo forma de recomponerlo.
De La Red