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General: Docenario guadalupano
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De: perladelmar (Mensaje original) |
Enviado: 01/12/2011 23:47 |
Docenario guadalupano
1 diciembre 2011
Por Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita
Los caminos de Dios, de María y de nosotros en el Acontecimiento Guadalupano
El camino de las estrellas…
Estamos en diciembre, a unos días de que el Acontecimiento Guadalupano cumpla 480 años de haberse iniciado.
Vamos a unirnos a los millones de herman@s que se han aventurado, como nosotros, por los caminos que nos llevan al Tepeyac con Santa María de Guadalupe y los que salen desde allí para el ancho mundo. Un recorrido que haremos con Jesús, nuestro Camino al Padre y a l@s herman@s, en estos meses en que estamos preparándonos para el Año Eucarístico internacional que tendrá su punto culminante en julio, en el Congreso Internacional en Dublín.
En la diócesis vamos haciendo nuestro camino a Emaús desde nuestro discipulado misionero al encuentro con Cristo Eucaristía. En este caminar iremos con María de Guadalupe, nuestra Morenita del Tepeyac quien, como de costumbre, nos acoge “con todo su amor, compasión, auxilio y defensa”, pues es nuestra “Piadosa Madre” y nos lleva a Jesús y a nuestr@s hermanas y hermanos. Los meses pasados de este año cada día 12 estuvimos considerando cómo poder ser mejores discípul@s y misioner@s del Señor y de María.
Ahora caminaremos, entre flores y cantos, entre pájaros, estrellas y caminos diversos, estos días dedicados a Ella. Pediremos de manera especial por nuestro país y Yucatán para que juntos reencontremos el camino del amor, la fraternidad, la justicia y solidaridad que Dios quiere que vivamos. Iniciémoslo en su nombre y en el de Nuestra Madre del Tepeyac.
Nota.— Les recuerdo que propongo cada día 5 consideraciones para ser reflexionadas o usadas a manera de los misterios del rosario y que las siglas N.M. quieren decir Nican Mopohua, el relato original de las Apariciones escrito hacia 1548-1550 por Antonio Valeriano, indígena de la etnia nahua y coetáneo de Juan Diego, que llegó a ser de los maestros clave de esos años.
Primera consideración.— Las estrellas y nuestro cielo. Hablar de las estrellas es hablar de los astros, pero también, en lenguaje simbólico, de personas, situaciones, predicciones. Gracias a éstas los Magos encontraron a Jesús… Hoy nos podemos encontrar con Él, con el Padre y el Espíritu Santo… Pidámoselo a María. Jaculatoria apropiada: Santa María de Guadalupe, Estrella de la Evangelización, ayúdanos a encontrarnos con Jesús, nuestro guía y Señor.
Segunda consideración: Las estrellas forman, a veces, constelaciones…
En el cielo de cada noche podemos distinguir algunas agrupaciones de estrellas a las que se les ha dado algún nombre en diversas épocas y culturas. Entre ellas destaca Virgo, que nos recuerda a nuestra Estrella del Tepeyac. Pidamos nos llene de su luz…
Tercera consideración: Juan Diego caminó bajo la luz de las estrellas… En sus encuentros con la Virgen, Juan Diego tuvo que caminar de noche, hacia el amanecer, para cumplir su misión con Ella y su tío Juan Bernardino que estaba enfermo (N.M. 97-99 y 147-148).
Pidamos que siempre cumplamos con nuestra misión aunque sintamos que estamos en noches de oscuridad, impaciencia y amargura, como alejados de Dios, de María, de l@s demás... Ella nos sanará…
Cuarta consideración: Las estrellas en la vida de Jesús y de María… Podemos estar seguros de que María y José le enseñaron al Señor Jesús en su niñez a conocer las estrellas y constelaciones que se conocían en su tiempo. No es difícil que el Señor se haya orientado muchas veces en sus caminos y en los temporales fuertes en el lago de Galilea gracias a las estrellas que el mismo Padre le había regalado. La insignia de Israel es una estrella… Y Él, la Estrella Máxima de Israel y del mundo. Que Él sea nuestra mayor estrella en nuestra vida, nuestro Sol…
Quinta consideración: Las constelaciones en el manto de la Virgen de Guadalupe. Entre las investigaciones sorprendentes que se han hecho del ayate de Juan Diego en donde está la Virgen Guadalupana destaca la colocación de las estrellas en su manto. Forman constelaciones. Y éstas marcan fechas y los rumbos del cielo. La Osa Mayor siempre estará en el Norte, Orión hacia el Oriente y la Cruz del Sur hacia el Sur... Gracias a esto millones de personas en la Historia han vencido dificultades, se han orientado en el desierto o en los naufragios. Nosotros, en el manto de María de Guadalupe descubrimos cómo Dios nos señala el rumbo, cómo nos protege a través de nuestra Bendita Madrecita del Tepeyac, la Estrella máxima humana en los cielos benditos de Dios…
Le pedimos que siempre nos oriente para seguir a Jesús, para hacer la voluntad del Padre, para seguir las indicaciones del Espíritu Santo, para hacernos herman@s de tod@s...
Apoyos bíblicos: Salmo 8; Mt 2, 1-12; Apoc 1, 12-20 y 2, 26-28; Jn 14, 6. |
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De: Maryel |
Enviado: 02/12/2011 03:15 |
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Docenario guadalupano 2 diciembre 2011
Por Joaquín Gallo Reynoso, sacerdote jesuita
Los caminos de Dios, de María y de nosotros en el Acontecimiento Guadalupano Cantos y pájaros… Ayer, cuando comenzamos este nuevo Docenario, reflexionamos sobre el camino de las estrellas en sus sentidos físico y simbólico. Hoy reflexionaremos y oraremos sobre otro aspecto muy importante en el caminar humano: los cantos y los pájaros. Éstos, porque siempre han sido signos, señales de los humanos, para entender fenómenos de la naturaleza: las parvadas de pájaros que vuelan hacia el Norte o Sur o alguna otra dirección según las estaciones, y los cantos que hacen cuando anuncian fenómenos naturales como la lluvia que se acerca o el gusto que sienten de que entre a la casa la dueña o la consentida de tal pájaro que revolotea alegre cuando se le acerca quien lo quiere, mima y alimenta. En su camino a México, el 9 de diciembre de 1531, Juan Diego tuvo un encuentro esencial en su vida y fueron los pájaros, con sus cantos, los que le anunciaron la presencia de María… Estos últimos meses de este año 2011 en la diócesis caminamos bajo el lema “Camino a Emaús: Del discipulado misionero al encuentro con Cristo Eucaristía”, mientras vamos caminando hacia la celebración del Congreso Eucarístico Internacional de Dublín, en julio de 2012. Que el año próximo, muy eucarístico y guadalupano, lo anunciemos y vivamos entre cantos y flores, haciendo presentes en nuestras vidas al Verdaderísimo Dios por quien vivimos y a su Santa Madre, Santa María de Guadalupe. Ellos nos ayuden a hacer un Yucatán, una Mérida y un México mejores… Primera consideración: Los pájaros en nuestras vidas… Todos hemos tenido la experiencia de estar junto a diversos tipos de pájaros. Nos alegramos de los diseños portentosos que Dios ha desarrollado en cada tipología de ellos: sus alas tan diferentes, sus colores, sus trinos maravillosos, sus vuelos en parvadas, sus gorjeos interminables y cadenciosos, su arrullo que atraviesa las frondas de los árboles. Pidámosle al Gran Inventor de tanta maravilla que estos animales nos sigan anunciando su presencia amorosa y la de María, llamada en algunos lugares como la Virgen de la Paloma, y en México: la que viene en alas de águila por el Oriente… Demos gracias por la naturaleza y todos los encantos que Dios puso en ella para nuestro regocijo. Jaculatoria apropiada: Castañuela de los ríos, cenzontle de la mañana, enséñanos a anunciar a Cristo, del Padre: Verbo, Palabra… Segunda consideración: Los cantos, expresiones de lo que vivimos. En nuestra vida todos hemos experimentado cómo los cantos nos animan, nos disponen para vivir más alegres una velada familiar o con los amigos y amigas. En nuestras excursiones, tanto mientras vamos de camino como a la luz y calor de una fogata, hemos experimentado emociones muy diversas que recordamos con alegría y gratitud. Nuestras celebraciones religiosas, ¿qué serían sin los cantos? No hay cultura que no exprese sus valores con los cantos y la música. Nuestros himnos a la Patria nos enfervorizan para trabajar por ella. El valor significativo de los cantos y de la música es cuasi-infinito. Agradezcamos a Dios que podamos cantar y que Santa María de Guadalupe se haya manifestado en el Tepeyac entre cantos y pájaros a partir del 9 de diciembre de 1531. Tercera consideración: Pájaros y cantos en las culturas mesoamericanas… Para los antiguos habitantes de estas tierras los cantos eran esenciales para la vida cotidiana. En cada casita había pájaros para alegrar la vida de los habitantes. Una casa sin pájaros y sin cantos era casi inconcebible pues el Dador de vida les manifestaba su alegría para que ellos vivieran alegres. Cuando Juan Diego llegó al Tepeyac esa madrugada y “oyó cantar como el canto de muchos pájaros finos… cantos sobremanera suaves, deleitosos que sobrepujaban al del coyoltototl y del tzinitzcan y al de otros pájaros finos se detuvo, se dijo: ¿Por ventura soy digno de lo que oigo..?¿Dónde estoy, dónde me veo..? ¿Acaso donde nos dejaron dicho nuestros antepasados… en la tierra de las flores; acaso en la tierra celestial..?” (N.M. 7-10). Que los cantos y pájaros nos eleven siempre hacia Dios… Cuarta consideración: Nuestros cantares mexicanos. En México mencionamos mucho a las aves en nuestras canciones. Simplemente los títulos y nuestras costumbres nos hablan de pájaros: “Palomas mensajeras”, “Currucucucú, paloma”; “Gorrioncillo pecho amarillo”, “Las golondrinas”, “Golondrina viajera”. ¡Y qué decir de nuestras “Mañanitas” que siempre escuchamos en nuestros cumpleaños! Alabemos a Dios y a María con nuestros cantos nacionales, enjambres de mieles y amores…
Quinta consideración: La presencia de María en nuestras tradiciones y cantos populares. Son incontables los cantos marianos que conocemos y que entonamos en México en las distintas fiestas de María. Desde “Oh, María”, hasta “La Guadalupana” el surtido es impresionante. La alegría de las niñas y niños que ofrecen flores en mayo con sus cantos tiernos y dulces nos hacen adelantar un poquito de cielo. Agradezcamos a Dios que nos haya dado estas facultades, y a María, que nos dé tantas ocasiones durante el año para alabar a Dios por lo que hizo y sigue haciendo en Ella y lo que Ella misma hace con tanto amor por todos nosotros, sus hijitos, como le dijo a Juan Diego...
Cada dificultad es una oportunidad que la vida te da para tu personal desarrollo. Si logras aceptar este enfoque, cada dificultad fácilmente superada será, y tú más crecido estarás Apoyos bíblicos: Cántico de Zacarías: Lc 1, 68-79. Cántico de Simeón: 2, 29-32. Cántico de María Lc 1, 46-55. Cántico de Ana: 1Sam 2, 1-10. Cántico de Judit: Jdt 16, 1-15. Cánticos para Cristo: Fil 2, 6-11, Col 1, 15-20, Apoc 5, 9-14, Mt 6, 25-26 y Salmos 104(103) y 148.
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