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General: LA VENTANA
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De: Emperatriz (Mensaje original) |
Enviado: 11/12/2011 00:07 |

LA VENTANA
Dos hombres, ambos muy enfermos, ocupaban la misma habitación de un hospital.
A
uno se le permitía sentarse en su cama cada tarde, durante una hora,
para ayudarle a drenar el liquido de sus pulmones. Su cama daba a la
única ventana de la habitación.
El otro hombre tenia que estar todo el tiempo boca arriba.
Los
dos charlaban durante horas. Hablaban de sus mujeres y sus familias,
sus hogares, sus trabajos, su estancia en el servicio militar, donde
habían estado de vacaciones.
Y cada tarde, cuando el hombre de
la cama junto a la ventana podía sentarse, pasaba el tiempo describiendo
a su vecino todas las cosas que podía ver desde la ventana.
El
hombre de la otra cama empezó a desear que llegaran esas horas, en que
su mundo se ensanchaba y cobraba vida con todas las actividades y
colores del mundo exterior.
La ventana daba a un parque con un
precioso lago. Patos y cisnes jugaban en el agua, mientras los niños lo
hacían con sus cometas. Los jóvenes enamorados paseaban de la mano,
entre flores de todos los colores del arco iris. Grandes árboles
adornaban el paisaje, y se podía ver en la distancia una bella vista de
la línea de la ciudad.
Según el hombre de la ventana describía
todo esto con detalle exquisito, el del otro lado de la habitación
cerraba los ojos e imaginaba la idílica escena.
Una tarde
calurosa, el hombre de la ventana describió un desfile que estaba
pasando. Aunque el otro hombre no podía oír a la banda, podía verlo, con
los ojos de su mente, exactamente como lo describía el hombre de la
ventana con sus mágicas palabras.
Pasaron días y semanas. Una
mañana, la enfermera de día entro con el agua para bañarles,
encontrándose el cuerpo sin vida del hombre de la ventana, que había
muerto placidamente mientras dormia. Se lleno de pesar y llamo a los
ayudantes del hospital, para llevarse el cuerpo.
Tan pronto como
lo considero apropiado, el otro hombre pidió ser trasladado a la cama
al lado de la ventana. La enfermera le cambio encantada y, tras
asegurarse de que estaba cómodo, salió de la habitación.
Lentamente,
y con dificultad, el hombre se irguió sobre el codo, para lanzar su
primera mirada al mundo exterior; por fin tendría la alegría de verlo el
mismo. Se esforzó para girarse despacio y mirar por la ventana al lado
de la cama... y se encontró con una pared blanca.
El hombre
pregunto a la enfermera que podría haber motivado a su compañero muerto
para describir cosas tan maravillosas a través de la ventana.
La
enfermera le dijo que el hombre era ciego y que no habría podido ver ni
la pared, y le indico:"Quizás solo quería animarle a usted".
Epilogo:
Es una tremenda felicidad el hacer felices a los demás, sea cual sea la propia situación.
El dolor compartido es la mitad de pena, pero la felicidad, cuando se comparte, es doble.
A/D

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