San Miguel Arcángel
TÚ eres el Príncipe de las milicias celestiales, el vencedor del dragón infernal,
has recibido de Dios la fuerza y el poder para aniquilar por medio de la humildad
el orgullo de los poderes de las tinieblas.
Te conjuramos, suscita en nosotros la auténtica humildad del corazón,
la fidelidad inquebrantable, para cumplir siempre la voluntad de Dios,
la fortaleza en el sufrimiento y las necesidades, ¡ayúdanos a subsistir
delante del tribunal de Dios!
San Gabriel Arcángel
Tu eres el Ángel de la Encarnación, el mensajero fiel de Dios,
abre nuestros oídos para captar los más pequeños signos y llamamientos
del Corazón amante de Nuestro Señor; Permanece siempre delante
de nuestros ojos, te conjuramos, para que comprendamos correctamente
la palabra de Dios y la sigamos y obedezcamos y para cumplir aquello
que Dios quiere de nosotros. ¡Haznos vigilantes en la espera del Señor
para que no nos encuentre dormidos cuando llegue!
San Rafael Arcángel
Tú eres el mensajero del amor de Dios!
Te conjuramos, hiere nuestro corazón con un amor ardiente por Dios
y no dejes que esta herida se cierre jamás, para que permanezcamos sobre
el camino del amor en la vida diaria y venzamos todos los obstáculos
por la fuerza de este amor.
Oración Final
¡Ayudadnos hermanos grandes y santos, servidores como nosotros delante de Dios!
¡Protegednos contra nosotros mismos, contra nuestra cobardía y tibieza,
contra nuestro egoísmo y nuestra avaricia, contra nuestra envidia y desconfianza,
contra nuestra suficiencia y comodidad, contra nuestro deseo de ser apreciados!
Desligadnos de los lazos del pecado y de toda atadura al mundo!
¡Desatad la venda que nosotros mismos hemos anudado sobre nuestros ojos,
para dispensarnos de ver la miseria que nos rodea, y poder mirar nuestro propio yo
sin incomodarnos y con conmiseración!
Clavad en nuestro corazón el aguijón de la santa inquietud de Dios,
para que no cesemos jamás de buscarlo con pasión, contrición y amor!
¡Buscad en nosotros la Sangre de Nuestro Señor que se derramó por nosotros!
¡Buscad en nosotros las lágrimas de vuestra Reina vertidas por nuestra causa!
¡Buscad en nosotros la imagen de Dios destrozada, desteñida, deteriorada,
imagen a la cual Dios quiso crearnos por amor!
¡Ayudadnos a reconocer a Dios, a adorarlo, amarlo y servirlo!
¡Ayudadnos en la lucha contra los poderes de las tinieblas que nos rodean
y nos oprimen solapadamente; ayudadnos para que ninguno de nosotros
se pierda, y para que un día, gozosos, podamos reunirnos en la felicidad eterna!
AMEN
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