EL OTOÑO DE MI VIDA…
El otoño ha removido sus ramas y ya caen una a una
sus hojas secas, cansadas, vividas. El gris de sus retoños cubre como alfombra toda la vía
y al final del día, una, solo una, sobrevive al torbellino de la estación,
que enfrió su corazón y lo mantuvo latente ante el viento
inclemente que abrazo su raíz con algodones. Un día y otro día. Uno mas frío que el otro. Sigue viva sin querer caer. Temblando y sola, se aferra con pasión,
de la única hebra de hilo que el viento no ha logrado congelar.
Una lucha constante entre la vida y la muerte, esperando solo
el cambio de estación, con ilusión, con paciencia,
con sabiduría… sin alegría. A ratos apenas se deja colar a través de las nubes, sigiloso,
un rayito de luz que no alcanza a calentar su esencia pero le da esperanzas
de un nuevo día, caluroso, encendido y lleno de vida. Esperanzas de sobrevivir al vaivén de la brisa, que la hace bailar
la danza macabra de la soledad sin aliento… ¿dije sin aliento? ¡OH no!, sigue y se mantiene esperanzada, aferrada a las horas,
a las noches y los días, hasta quedarse dormida. ¿Será este su final? Atrevida, sueña con alcanzar nuevas fronteras, cruzar nuevos
caminos, trazar nuevas metas… soñar, vivir. No hay apoyo a su alrededor, ni una mano que la sostenga,
ni un oído que escuche su llanto interno.
Tal parece que solo aprendió a vivir en primavera,
cuando las aves cantarinas y el aroma de las flores
dan un toque maravilloso, sonoro y colorido al ambiente;
Pero ahora, no le quedan ya fuerzas para soportar la brisa
y hacer que la hebra continúe conectada al tronco que le ha dado
la vida, que la parió, la vio crecer.
Tal parece que quiere lanzarla ahora al mundo para que muera. La veo hacer esfuerzos por sobrevivir. La veo quedarse quieta como esperando su final. La veo, la veo ahora caer. ¡Como entender! Entender que mañana saldrá nuevamente el sol,
florecerán nuevos retoños, cantaran de nuevo las aves
Los ríos retomarán sus cauces, las nubes dibujaran nuevas formas.
Los colores de la naturaleza brillaran de nuevo. De nuevo, de nuevo y una vez mas. Un día y otro día. Como aferrarse a la vida presintiendo su final.
|