Obras de Misericordia
Corazón de carne.
Dice la Escritura que en los Últimos Tiempos, al aumentar la maldad en el mundo, la caridad se enfriará en muchos. Y es lo que está pasando actualmente, que con tanto abundar de injusticias, los buenos se van como enfriando y todos nos vamos como retrayendo y replegando en nosotros mismos, sin tener en cuenta las necesidades de nuestros hermanos.
Si bien esto está profetizado y es lo que está sucediendo actualmente; el darnos cuenta de ello ya es como que nos hace abrir los ojos para que no nos dejemos llevar por esto, sino que hagamos el esfuerzo de seguir siendo misericordiosos y caritativos, teniendo un corazón de carne, que no se nos vuelva un corazón de piedra para nuestros prójimos.
En Belén no quisieron darle hospedaje a la Sagrada Familia. ¿Qué gloria hubiera tenido la casa que abriera las puertas para ella? Recordemos las palabras del Apóstol, que muchos, sin saberlo, han dado alojamiento a ángeles. Porque Dios está realmente en el peregrino, en el que sufre y está necesitado.
Tratemos de no dejarnos llevar por la dureza que se quiere como meter en nuestras entrañas, sino sigamos siendo buenos y serviciales con todos.
Jesús, en Vos confío.