Un matrimonio anduvo haciendo sus compras navideñas toda la tarde en Plaza Galerías.
De repente la esposa se da cuenta que su esposo se desaparece.
Se encabrona la señora y le habla a su esposo al celular: --
¡¿Dónde chingados te metes güey?! --le pregunta furiosa.
Él le contesta: --Mi amor… ¿te acuerdas de la joyería en la que viste el collar
de diamantes del cuál te enamoraste y que yo no traía dinero y te dije:
“Mi amor no te preocupes un día será tuyo”?
--
Sí, ya me acordé mi cielo, mi viejito lindo y hermoso.
¿Ahí estás? --le contesta con mucho amor.
--Bueno pues… ¡estoy en el bar de enfrente!