
NOVENA A MARÍA AUXILIADORA DÍA PRIMERO
V. Virgen Sacratísima, dígnate permitirme que te alabe. R. Dame fortaleza contra tus enemigos.
NOVENA A MARÍA AUXILIADORA DÍA PRIMERO - 16 de mayo
ORACIÓN PREPARATORIA PARA TODOS LOS DÍAS
Oh Dios Todopoderoso y Misericordioso, que en defensa del pueblo cristiano estableciste admirablemente en la Beatísima Virgen María un perpetuo auxilio; concédenos propicio, que fortalecidos con tal protección, luchando en esta vida podamos en la muerte, conseguir victoria del enemigo maligno, por nuestro Señor Jesucristo.
Amén.
Tres Avemarías, Gloria y la jaculatoria:
María Auxilio de los Cristianos, Ruega por nosotros.
Rezar a continuación la oración del día que corresponda:
DÍa Primero
Oh, María, poderoso Auxilio de los Cristianos que confiados de tu misericordia, acuden a tu trono lleno de confianza! Oye los ruegos de tus hijos que suplicantes imploramos tu poderoso patrocinio, para poder huir del pecado y de las ocasiones de pecar.
Tres Avemarías y Gloria.
ORACIONES FINALES PARA TODOS LOS DiAS
Invocación:
¡Oh María! Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia...
Singular Auxilio de los Cristianos, terrible como un ejército ordenado en batalla...
Tú sola has triunfado en todas las herejías del mundo.
¡Oh Madre!, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo, y en la hora de nuestra muerte, llévanos al Paraíso.
Amén.
OraciÓn de San Bernardo:
Acuérdate, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a Tu protección, implorando Tu asistencia y reclamando Tu socorro, haya sido desamparado.
Animado por esta confianza, a Ti también acudo, ¡oh Madre, Virgen de las vírgenes!, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Tu presencia soberana.
¡Oh Madre de Dios!, no deseches mis humildes súplicas, antes bien, escúchalas y dígnate atenderlas favorablemente.
Amén.
Suplica a MarÍa Auxiliadora.
Acordaos, Necesitando un favor especial, y confiando en tu bondad, a Ti recurro, poderoso Auxilio de los Cristianos.
Conocedor de las innumerables gracias que diariamente concedes a tus devotos, he puesto siempre en Ti toda mi confianza; y hoy, humildemente postrado a tus plantas, te suplico, con todo el fervor de mi alma, remedies mi necesidad...
(pídase aquí la gracia que se desea obtener).
Bien sé, Madre querida que yo no merezco nada; y aún temo que mis culpas sean un obstáculo a tu bondad.
Mas Tú puedes, dulcísima Señora, sacarme de este lastimoso estado y hacer que sirva con fidelidad a Ti y a tu divino Hijo, a fin de que yo también pueda experimentar la maravillosa eficacia de tu santo Auxilio.
Amén.
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