Rezar el Gloria.
Aunque en la vida sólo rezáramos el Gloria, ya estaríamos cumpliendo la misión de criaturas de Dios, puesto que los Ángeles en el Cielo cantan el Gloria, y nosotros, rezándolo en la tierra, albaríamos a Dios como merece.
Por ejemplo una forma agradable de rezar el Gloria es rezando 24 Glorias en honor a Santa Teresita, por sus veinticuatro años que vivió en la tierra.
También rezamos el Gloria cuando terminamos de rezar cada decena del Rosario. Por eso si rezamos el Rosario, estamos rezando un compendio maravilloso de oraciones que agradan tanto a Dios y a su Madre, que el Cielo no ha escatimado gracias a quienes rezan esta oración.
Es bueno, cuando rezamos el Gloria, inclinar la cabeza en la primera parte de esta oración. Efectivamente cuando decimos: “Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo”, es bueno mantener inclinada la cabeza mientras se dice esto, puesto que estamos adorando y alabando al mismo Dios, a la Santísima Trinidad.
Y también debemos poner especial cuidado en pronunciar esta “y” entre cada Persona, porque ello es indicativo de la igualdad de las Personas divinas.