El miedo a lo nuevo no es de estos días, siempre existió.
Es posible que hoy sea menos, no creo. Hoy tenemos más oportunidades, no solo una, a veces se repiten, se copian y pegan, una y otra vez y siempre con diferentes caras.
Que terrible es el miedo a lo nuevo y sin embargo, por naturaleza, no siempre nos atrevemos a experimentar. ¿Ejemplos? ¡Hay muchos! No probamos una nueva comida, solo porque no nos gusta el color, no nos atrevemos a hablar con la persona que nos gusta porque le tenemos miedo al rechazo (preferimos guardar la esperanza intacta a averiguar si existe una posibilidad), no nos largamos solos porque la noche parece muy oscura.
¿Cuántas veces nos quisimos bajar del colectivo por una persona? ¿Cuántas veces nos ahorramos las palabras cuando realmente debimos haberlas dicho?¿Cuántas veces dejamos algo por sentado, sabiendo que era imprescindible decirlo? Que tristeza. Que pena ser humano, con prejuicios, con miedos, con la derrota en la frente antes