Cuando todos en la Tierra habían muerto y esperaban entrar al Paraíso, Dios apareció y les dijo, “Quiero que todos los hombres hagan dos filas. Una fila con los que fueron las verdaderas cabezas de sus hogares, y la otra línea con los hombres que fueron dominados por sus mujeres. Quiero a todas las mujeres que se vayan a reportar ante San Pedro”.
Pronto, todas las mujeres se habían ido, y allí quedaban las dos líneas de hombres.
La línea de los hombres dominados por sus esposas era de 100 millas de largo, y en la línea de hombres que realmente fueron las cabezas del hogar solo había un hombre.
Dios les dice a los de la fila larga, “Ustedes deberían estar avergonzados de ustedes mismos, Yo los cree para que fueran las cabezas de sus hogares! Y ustedes han sido desobedientes y no han cumplido con su propósito! De todos ustedes, solo uno obedeció. Aprendan de él.”
Dios voltea hacia el hombre solo, “¿Cómo lograste ser el único en esta línea?”
El hombre replico, “A mí mi esposa me dijo que aquí me pusiera”.--