Decía San Francisco de Asís que existen tres niveles de perdón que debíamos cumplir para decir hemos perdonado.
Primer Nivel [ Perdonar a Dios ]
No porque Dios haya hecho malo, sino por todas las cosas que lo hacemos culpable cuando decimos cosas como:
"¿Por qué permites esto?" ,
"¿Por qué a mí?",
"¿Por qué te lo llevaste?".
Segundo Nivel [ Perdonar a quienes te han hecho daño ]
Si, a todos quienes en algún momento nos hirieron, dañaron, mintieron o dieron la espalda. Recordando aquello que nos dolió sin que ello nos duela, sin que abra de nuevo la herida.
Erróneamente se dice que perdonar es "olvidar" y nada es mas falso que eso.
Si esperas a olvidar algo para perdonarlo, morirás sin haber perdonado, porque la memoria no se puede borrar.
Perdonar es recordar sin que esa espada lastime nuevamente, y no sentir deseos de venganza, ira, o resentimiento con esa persona.
Tercer Nivel [ Perdonarte a tí mismo ]
Es extraño, pero una de las personas con quienes somos menos condescientes y mostramos menos misericordia es con nosotros mismos. Muchas veces pedimos disculpas y somos perdonados, pero seguimos sientiendo que somos los mas malos del mundo.
Este es el más difícil de todos los niveles, porque conlleva a aceptarnos como seres humanos, con errores e imperfecciones.
Este día es una preciosa oportunidad de vivir, y para ello, necesitamos perdonar.
¡¡Perdona y levántate hacia una mejor y verdadera vida. Plena y cerca de Dios!!