El hecho de que tu mente sea capaz de almacenar el pasado y de que lo recuerdes, te indica que puedes utilizarlo para aprender. Reflexionar sobre la experiencia y llega a una conclusión de cuál hubiera sido la mejor manera de obrar, pero sin sentir culpa. Una vez aprendida la lección puedes perdonarte y dar por hecho que has crecido en sabiduría.
Agárrate al momento actual y dedícate a sacarle todo el jugo, no para cuestionar que es lo que deberías o no haber hecho. Fuiste la persona que fuiste precisamente para convertirte en la persona que eres ahora. Incluso para averiguar cómo no querías ser y ahora ya lo sabes.
En lugar de maldecir tus errores, bendícelos por lo sabio que te hacen. Averiguaras que esas experiencias eran tu fluir necesario para poder
convertirte en mejor ser humano y date el merecidísimo lujazo de perdonarte por ello
Todas las cosas que has hecho en la vida han contribuido a convertirte en el hombre que eres hoy en día. Necesitabas aprender de ellas y sobre todo aprender que perdonarte a ti mismo es igual de importante que perdonar a los demás. Lo has hecho lo mejor que has podido y no se puede pedir más de ti, ni de nadie.
Perdónate y recibe de nuevo la alegría del Amor en Tu Vida. No pidas el perdón de tus pecados, ni sientas culpa, pues todos ellos nunca han tenido por que ser perdonados, ya que nos son tales. Más bien son etapas del camino que recorres para comprometerte con lo que has venido a hacer aquí. Utilízalas con sabiduría.