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A veces no nos queda más remedio que aceptar las cosas que vienen y se van... a veces, perdemos sin querer perder. Pero hay que seguir viviendo... y yo quiero vivir porque lo merezco.
Transformación es aquéllo que nos permite desechar todo lo viejo para dejar paso a lo nuevo, yo quiero transformar mi vida, quiero dejar atrás todo el lastre, las decepciones, los desengaños... y no todos son amorosos, el ser como soy me ha ocasionado más de un desengaño con las personas en las que he puesto mi corazón. Pero por supuesto nadie tiene la culpa, solo yo que he permitido en más de una vez que traspasaran la barrera, me utilizaran siendo consciente de serlo...
No se si ya estoy saliendo de mi letargo, o aún sigo en el... la verdad para esto no hay edad aunque a mi en su momento me hayan dejado por tener unos años más que alguna persona que me haya importado... serán los prejuicios... soy una mujer deseada y nunca me ha faltado un hombre...pero aquí, en mi mundo lleno de mundos me he refugiado en uno de ellos como en una pequeña isla en la que tengo todos los elementos que ahora necesito.
Pero me pregunto: la repetición de errores es lo que nos lleva a veces a sentirnos desgraciados?, incompletos?
Un análisis profundo me lleva a preguntas internas...
He hecho todo lo que debía?
Lo he hecho bien?
He conocido la gente adecuada?
He dado demasiado donde no debía y he dado poco donde debía haberlo hecho?
He aprendido que habían cosas que no se tenían que volver a repetir?...
Esta y otras preguntas pasan por la mente, algunas con respuestas muy claras. Otras en cambio hay que analizarlas con calma, agradecer lo que nos aportaron.. otras, reírnos, reírnos..., por haber sufrido innecesarimente por lo que no valía la pena.
Pero así es la vida, nos llena de todo y nos gratifica poniendo en nuestros caminos a personas o circunstancias que nos van a enriquecer aún más.
Ayer precisamente se sentó a mi lado una señora de cierta edad, yo estaba sentada en la barra de un bar que frecuento por las mañanas, allí soy muy cuidada y mimada... comparto el café y palabras con las personas que habitualmente vienen a la misma hora que yo.
La señora con una historia de vida admirable, de una riqueza que muchas personas quisieran para si, exquisita y de elegantes modales.. dicen, que quien tuvo, retuvo y guardó..., no se ha de decir la edad de una señora, pero cuando la señora entra y pide una caipiriña y pasando de los ochenta, si, más de ochenta años, tremenda!!, madre mía!!, una mujer llena de plenitud.
Así es la vida, podemos llegar muy lejos, vivir muchos años,( las mujeres de mi familia somos bellas y nunca aparentamos nuestra edad...), según lo que hayamos vivido así será la riqueza de nuestros recuerdos.
Cuando desperdiciamos condicionando nuestras vidas, renunciando a cosas o circunstancias que podrían ser maravillosas, nos apartamos y vamos por otras caminos sin haber explorado lo que nos podría haber aportado la vivencia que hemos rechazado.. a veces, creyendo que era lo mejor para nuestras vidas, lógico y respetable, no se puede obligar a nadie a estar con quien no quiere estar, somos seres libres y miramos en la dirección que nos parece mejor, unos por tabú, otros, por cobardía... otros, quien sabe por que...
Así es, nadie está obligado a estar donde no quiere, ya sea un trabajo, un lugar, o personas. Circunstancias que por una u otra razón no están alineadas en la misma dirección en que queremos mirar.
Yo, normalmente miro hacia adelante, pero ello no impide que también mire hacia los lados, a veces
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