Tu mente es un imán y atraes aquello en lo que piensas. Los mismos principios de magnetismo y atracción que se presentan en el mundo «físico» operan en el plano invisible. Todas las personas con éxito conocen los principios acerca de las leyes de atracción y el milagro de la mente. Las personas infelices no creen que estos principios puedan servirles para beneficio personal. ¡Preferí escuchar a los individuos felices!
No puede decirse que los pensamientos son «nada», porque en realidad los pensamientos son «algo». Para que puedas pensarlo, tiene que existir. ¡Tiene que ser una cosa! Y como es una «cosa» con energía propia, un pensamiento necesariamente tiene que estar sujeto a las leyes y principios como todo lo demás que existe en el planeta.
Si se analiza desde esta perspectiva, resulta más fácil reconocer que la ley de atracción es tan real y poderosa como la gravedad y la electricidad.
El ejercicio del poder mental no es un sustituto de la acción. Más bien, el adecuado uso de la mente te permitirá lograr tus metas mucho más rápido y fácilmente que de otro modo.
Tu mente es un magneto. Piensa en lo que deseas, y lo conseguirás. Imagina que tus pensamientos son nubes invisibles que se levantan para acumular resultados. Disciplinando tus pensamientos determinas los resultados que obtendrás.
Como las cosas que más amamos y las que más tememos tienden a ocupar nuestros pensamientos gran parte del tiempo, atraemos justamente esas cosas. Incluso si pensamos que no queremos que pase equis cosa, gravitaremos justamente hacia eso. Nuestra mente no puede desplazarse en sentido negativo con respecto a las cosas; no puede más que moverse hacia ellas.
Si no paramos de comentar, pensar y leer acerca de «cosas malas», gravitaremos subconscientemente, o aun conscientemente, hacia ellas. La gente exitosa se desplaza hacia el éxito. Los fracasados tratan de escapar del fracaso. El más importante principio mental que puede transformar a los perdedores en triunfadores es «concentrarse en lo que uno quiere».