Depresión post Navidad: ¿se puede evitar?
Por suerte para algunos, la vorágine de las fiestas navideñas llega a su fin. Pero si crees haber superado con éxito los conflictos familiares, si has acertado con los regalos, si no te has dejado caer en la melancolía tan frecuente de esta época, ahora tienes que tener cuidado, porque la mayoría de la gente tiene que hacer frente a un nuevo reto: evitar caer en la depresión post Navidad.
Qué es la depresión post Navidad
Sabemos bien que la Navidad es una época de emociones intensas y contradictorias. Parecen fechas obligadas para derrochar amor, comprensión y alegría y, sin embargo, no podemos evitar sentirnos tristes por infinidad de motivos, por los que no están, por no saber enseñar nuestro lado más amable o porque no conseguirnos olvidarnos de los problemas cotidianos.
Esa contradicción entre la actitud que se espera de nosotros y la que realmente tenemos nos supone una inestabilidad emocional importante que puede llevarnos a caer en lo que se conoce como depresión navideña. Pero para muchas personas, la prueba más dura no ocurre durante las navidades, sino cuando terminan. Y es que el bajón navideño a veces causa más estragos que las propias fiestas.
Al coincidir el final de la Navidad con el comienzo de un nuevo año no podemos evitar hacer un repaso de lo que ha sido nuestro último año, comprobando una vez más cómo hemos sido incapaces de cumplir los buenos propósitos que hicimos hace doce meses, y recordando uno por uno todos los errores cometidos. Un año más y seguimos sin tener a nuestro lado al hombre de nuestra vida, continuamos en un trabajo aburrido que no nos llena y cada vez tenemos menos ánimo para afrontar nuevos retos.
Cómo evitar la depresión post Navidad
Es lógico que nos sintamos frustradas si basamos nuestro repaso anual en lo que no hemos conseguido. Pero podemos darle la vuelta y ser menos duras con nosotras mismas. Seguro que este último año hemos conocido a gente interesante, seguro que hemos solventado con éxito alguna crisis laboral, seguro que hemos servido de apoyo a algún ser querido y seguro que hemos pasado más de una tarde de risas con las amigas. ¿Por qué no hacer el balance anual con todas esas cosas positivas?
Uno de los principales desencadenantes de la depresión post Navidad, es el económico. Los gastos de estas fiestas habrán superado con creces el límite de lo que te podías permitir y ahora llega el momento de hacer frente a los números rojos. Si no has podido evitar caer en el consumismo típico de estas fechas tampoco hace falta que te castigues por ello. Asúmelo sin agobiarte para poder encontrar la mejor forma de ahorrar y salir del bache.
Tampoco puedes venirte abajo si después de la Navidad te has atrevido a subirte a la báscula y has comprobado que, como sospechabas, los excesos gastronómicos se han instalado directamente en tus caderas. Es algo de lo más normal, así que de nada sirve lamentarte, es mejor que aproveches el momento para empezar de una vez por todas a hacer ejercicio habitualmente. Recuerda que cualquier situación negativa tiene su parte positiva, sólo tienes que darle la vuelta.
(Laura Sanchez, psicologa)