La Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos de este año hace un llamamiento a favor de la justicia y la paz
Del 18 al 25 de enero celebramos el Octavario de Oración por la Unidad de los Cristianos con el lema «¿Qué espera el Señor de nosotros?» (Mi 6, 6-8). Una invitación, dirigida a los discípulos de Cristo y a toda persona de buena voluntad, a seguir el camino de la justicia, la misericordia y la humildad ya superar toda forma de discriminación.
La enérgica llamada de Miqueas a favor de la justicia y la paz se centra en los capítulos 6,1 a 7,7. Miqueas sitúa la justicia y la paz en la historia de las relaciones entre Dios y la humanidad para insistir en la necesidad de una fuerte referencia ética. Al igual que otros profetas del tiempo de la monarquía en Israel, Miqueas recuerda al pueblo que Dios le ha liberado de la esclavitud de Egipto y mediante la alianza le ha llamado a vivir en una sociedad edificada sobre la dignidad, la equidad y la justicia.
Los textos de la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos para el año 2013 han sido preparados por un grupo mixto formado por el Consejo Pontificio para la promoción de la unidad de los cristianos y la Comisión Fe y Constitución del Consejo Mundial de las iglesias, a la vista del borrador preparado por el Movimiento de los Estudiantes Cristianos de la India, con el asesoramiento de la Federación Universitaria Católica de toda la India y el Consejo Nacional de las Iglesias de la India.
El contenido del mensaje ecuménico es particularmente esclarecedor y cuestionador para todos y, especialmente, para la Iglesia que hace camino en ese país, donde se manifiesta una grave división entre las diferentes comunidades cristianas, agudizada por el sistema de castas, el racismo y el nacionalismo excluyente.
Juan Pablo II señaló durante la visita que hizo a la India en 2003 que «cualquier parecido con perjuicio de casta en las relaciones entre cristianos es un contrasigne de la auténtica solidaridad humana, una amenaza a la espiritualidad genuina y un obstáculo serio a la misión evangelizadora de la Iglesia. "
(Arzobispado de Tarragona, España)