Creo en Dios ante todo, en la familia, creo en los sueños, en el amor
a primera vista, en aquellos sentimientos que están ahí dentro del
corazón y que funcionan como combustible en mi vida. Creo más en una
mirada que en mil palabras. En las canciones de amor escritas por un
canta autor poco romántico, creo en las mariposas que se sienten que
cada vez que miras a esa persona especial y cuando el corazón se te para
cuando escuchas su voz. Aun creo en las promesas de amor hechas con el
corazón, todavía me estremezco cuando escucho esa canción que mata.
Creo en los ángeles en eso que no vez pero sabes que están ahí
cuidándote. Creo en ese café que me tomo cada mañana para mantenerme
activa, pero que cuando me lo tomo en las tardes me tranquiliza. Creo en
las enseñanzas de los libros y no me gustan las historias contadas en
las telenovelas. Creo en los príncipes azules, creo en los te amo que se
dicen en voz baja, en las cartas de amor escritas a mano, en las flores
y los chocolates, que de regalo prefiero una nota que regalos caros,
pero que carecen de sentimientos. Creo en mi capacidad de amar
y entregarme. Creo en los amores imposibles y en las pasiones
desenfrenadas que van a mil por hora. No creo en los que me mintieron en
algún momento. Odios las mentiras y los engaños.