"Al final del día, cuando lo que has hecho mal ya no lo puedes cambiar y te desahogas contándome lo que te inquieta, pidiéndome ayuda para seguir adelante, para que te dé nuevas oportunidades; en ese momento en el que tu alma se encuentra cansada y apagada y te sientes insignificante, Yo pongo en tu corazón un rayito de luz llamado Esperanza. Mientras tú duermes lo alimento, para que cuando amanezca un nuevo día, estés llena de ilusión y te sientas fuerte y capaz, pero sobretodo, con la certeza, por momentos, de que Yo siempre Estoy a tu lado".