La
noche nos invita a la reflexión.
Hasta nos retiramos de la calle, de nuestro
trabajo para compartir unos momentos en la familia, para descansar o para
buscar una lectura que merezca la pena.
Pero
también es verdad que, la noche, es un momento privilegiado para entrar dentro
de nosotros mismos. Para realizar un balance de nuestra jornada. De esos
talentos que todos tenemos ¿Los hemos puesto al servicio de algo o de alguien?
Un
análisis de nuestra personalidad; hemos derramado ilusiones y esperanzas, alegría
optimismo…o hemos sido una gota de vinagre allá donde se esperaba un poco de
azúcar?
Y
es que, estas horas, son horas de abrir la ventana del corazón hacia las cosas
de Dios.
Son
una oportunidad de dormir sabiendo que el Señor vela nuestros sueños y de
despertar, si Dios quiere mañana por la mañana, dispuestos a comenzar de
nuevo, a luchar de nuevo sin que nada ni
nadie nos logre robar aquello bueno que tenemos dentro: LA FE
No eres más porque te
alaben, ni menos porque te critiquen; lo que eres delante de Dios, eso eres y
nada más.Thomas De Kempis
Javier Leoz