Quince minutos con el Divino Niño Jesús
Generoso.
Divino Niño Jesús enséñame a ser generoso y misericordioso, especialmente con los más necesitados, no sólo en lo material, sino sobre todo en lo espiritual o moral, que son necesidades mayores que la material.
¡Cuántos que andan por el mundo sin una mano amiga que les tiendan, sin un pecho donde descansar sus cabezas cansadas, desanimados por tantas cosas que pasan en sus vidas y en el mundo! Yo quiero, con tu ayuda, Divino Niño, ser el consuelo para sus almas fatigadas y sus cuerpos cansados, y socorrerlos con mis bienes y con mis dones, que tú me has regalado no para que me los guarde para mí, sino para que los ponga al servicio de los demás.
¿Por qué a veces me cuesta tanto sonreír, cuando sé muy bien que con una sonrisa puedo alegrar a un alma? ¿Por qué en mi casa a veces no estoy bien, disponible, servicial, y sobre todo, con buen carácter y buenos modos? Efectivamente, Divino Niño, no he llegado a ser santo ni mucho menos, y necesito tu ayuda divina para ser menos malo de lo que lo he sido hasta ahora.
También quiero grabar profundamente en mi corazón y en mi mente esas palabras tuyas que dijiste a varios de tus siervos: “Si sois generosos conmigo, Yo seré generoso con vosotros”. Y Tú lo haz demostrado infinitas veces, socorriendo y sacando del pozo a muchos hijos tuyos. Pues bien, yo quiero ser generoso contigo, ofreciéndote mi tiempo y todos mis bienes interiores y exteriores, y espero con alegría que derrames sobre mí y los míos un río de gracias y bendiciones de todas clases.
¡Bendito seas Niñito Jesús!