“Las estrellas no son solamente cuerpos celestes que producen y emiten energías, son mundos poblados de entidades espirituales que nos envían mensajes. Recorred con la vista la bóveda celeste y buscad una estrella que os atraiga especialmente y sintáis la necesidad de deteneros porque sentís que tenéis en
ella un vínculo vivo.
Concentraos en esa estrella y dirigíos a los ángeles que la habitan. Son amigos, podéis confiarles vuestras preocupaciones, vuestras penas, pero sobre todo vuestras aspiraciones y vuestros anhelos. Volveréis de esas experiencias con una comprensión más vasta de la vida, con la sensación de que nunca estáis solos y que poderes benéficos se inclinan hacia vosotros, conversan con vosotros. Aunque no sepáis exactamente quienes son, sentiréis su presencia.
Ante la inmensidad de la bóveda celeste, es cierto que, el ser humano representa poca cosa, pero esto no es un motivo para sentirse solo o perdido.”