Ama y haz lo que quieras.

San Agustín ha dicho una frase magistral que, bien entendida, es el resumen de lo que debe hacer un cristiano. Ésta es la frase: “Ama y haz lo que quieras”.

Porque si realmente amamos, es decir, deseamos y procuramos el bien a todos –pues eso significa amar-, entonces si hacemos una u otra cosa será indiferente, pues siempre estaremos dentro de la órbita del amor, y nunca haremos nada malo.

Ésta es la libertad de los hijos de Dios, que sujetados a los Mandamientos, aman a Dios y al prójimo, y pueden elegir lo que quieran, menos el mal, y así son realmente libres, pues quien practica el mal se hace esclavo de él.

Tenemos que amar a Dios. Pero ya Jesús nos ha enseñado en qué consiste amarlo a Él. El Señor nos ha dicho en el Evangelio que realmente lo amará quien cumpla sus palabras, sus mandamientos. De lo que se deduce que no ama a Jesús quien no respeta su palabra y sus órdenes y consejos.

En cambio si cumplimos lo que el Señor manda, entonces estaremos amando a Dios, y amando al prójimo, y todo lo que hagamos en la vida no podrá ser sino bueno, ya que nos movemos en la atmósfera del amor: amor a Dios y amor a los hermanos.

Por eso la santidad consiste simplemente en amar, en desear y procurar el bien a todos, y así nos hacemos santos, que eso es la santidad, amar con todo nuestro ser a Dios, y al prójimo por amor a Dios.