LA BONDAD NO ES NOTICIA
Hay una tendencia a identificar la bondad con la inocencia y la tontura. A veces, cuando queremos aconsejar a alguien que no sea bueno, le invitamos con expresiones tan poco afortunadas como ésta: “no seas tonto”.
Siempre resaltamos lo malo y los fallos que hay en los que nos rodean pero cuánta bondad y paciencia hay en cada hombre y mujer que conocemos. Una religiosa amiga comentaba en una ocasión: “¡Qué buena es la gente! Siempre resaltamos lo malo y los fallos que hay en los que nos rodean pero cuánta bondad y paciencia hay en cada hombre y mujer que conocemos. En esa bondad descubro la presencia de Dios en el mundo, y eso mismo me lleva a tener esperanza en el hombre, que muchas veces se convierte en un “lobo para el hombre!”
Bien sabemos que en los medios de comunicación lo bueno y lo normal no es noticia, pero también existe gente que ayudan a transformar esta realidad en una sociedad más justa y fraterna, y que no ver esto es cargar en el otro nuestras propias dudas y debilidades, al tiempo que acentuamos una visión deformada de la realidad.
Ahora bien, no basta con ser bueno en nuestras relaciones humanas, y tenemos que “procurar que al dejar el mundo veáis no sólo que fuisteis buenos sino que dejáis un mundo bueno” (Bertolt Brecht). Nuestro entorno es un reto que necesita renovarse y que Dios ha puesto para santificarnos. Y es ese “espacio vital” el que debe ser transformado.
Jamás tiremos la toalla en la andadura existencial que transitamos porque entonces la historia caminará hacia la “ley de la selva” y las conquistas sociales no serán nada más que “fósiles sin sustancia”.
La bondad será lo único que nos haga tener esperanza en la humanidad y será la única arma capaz de llevar a este mundo a sendas cada día más auténticas de perfección. Estoy de acuerdo con Beethoven, compositor alemán: “No conozco ningún otro tipo de superioridad que la bondad”.
Hoy las generaciones más jóvenes necesitan más testigos que maestros, más hombres buenos que economistas, más abrazos que palabras, más amigos que jueces inmisericordes...
Hoy, por favor, te pediría que sepas ver lo bueno que hay en cada persona que te rodea y no te ancles en tu propio mal.
(Francisco Baena Calvo)