Escuchemos la voz que la Virgen de Guadalupe parece decir a todos los niños:
“Florecita de Mi Corazón, ovejita de Jesús,
Te habla tu Madre del cielo, la Madre de Jesús y la Madre de cada uno de ustedes.
A partir de hoy quiero estar contigo de una forma muy especial. Quiero vivir en ti.
Quiero velar por ti, día y noche. Quiero protegerte, siempre y en todo lugar.
Háblame en tu corazón. Llámame cada vez que estás en apuros, y Yo te ayudaré.
Nunca olvides que Yo estoy contigo.
Yo quiero ser para ti una amiga invisible, que todo ve y oye, lo que hagas y dices y que te ama entrañablemente.
Dime en todo tu dolor, tristeza y enfermedad: “Querida Madre María, yo sufro esto por Ti” y Yo te daré Mi alegría.
Piensa en Mí cada mañana al levantarte, para que Yo pueda estar contigo todo el día.
Piensa en Mí cada noche al ir a dormir, para que pueda estar a tu lado durante toda la noche.
Piensa frecuentemente en Mí, para que Yo pueda estrecharte en Mis brazos.
Yo te beso y te abrazo. Sean Míos y Yo también seré de ustedes por siempre.”