Juntos formamos una familia.
No hay familia perfecta...
todas discutimos y peleamos.
En ocasiones incluso dejamos de hablarnos,
pero al final, la familia es la familia,
y el amor siempre estará ahí.
La familia no se escoge,
pues ellos son el regalo de Dios para ti,
así como lo eres tú para cada uno de ellos.