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General: INTEREANTE - ROBO DE LA GIOCONDA
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De: Polly (Mensaje original) |
Enviado: 17/05/2014 21:10 |
Algo interesante nos narra este curioso episodio.
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El robo de la Gioconda, por Jorge Dulitzky
En la mañana del martes 22 de agosto de 1911 se descubrió que La Gioconda de Leonardo da Vinci había desaparecido del Museo del Louvre. El Museo había estado cerrado desde la tarde del domingo y todo el lunes, día en que todos los museos suelen cerrar. Los guardianes que pasaban por la sala donde estuvo siempre expuesta supusieron que la habían retirado para una restauración y no dieron importancia a la falta del cuadro. Pero en los días siguientes comenzó a circular la sospecha de que se estaba frente a un robo. La Gioconda había desaparecido del Museo y los diarios parisinos primero y los del mundo entero después pusieron el título de tapa con grandes caracteres anunciando la noticia.
La obra maestra de Leonardo fue recuperada en 1913, dos años y 111 días después del robo. Pero el misterio no se resolvía, pues el que devolvió la pintura era un modesto empleado de limpieza del Museo, que no podía ser el cerebro del robo.
El misterio recién se resolvió en 1932, 20 años después, cuando el periodista Karl Decker del Saturday Evening Post, recibió un llamado de un individuo que no se identificó pero prometía darle una noticia sensacional. Se encontró con su interlocutor en un hotel, quien se presentó como el Marqués Eduardo Valfierno, y condicionó lo que la noticia que iba a relatarle no apareciera hasta después de su muerte.
El periodista aceptó y comenzó a escuchar un relato que lo dejó atónito.
Valfierno dijo que ese no era su verdadero nombre, aclaró que era argentino y había vivido en Buenos Aires desde muy joven. Durante mucho tiempo había vendido pinturas de artistas de la talla de Zurbarán o Ribera, copiadas por un excelente falsificador llamado Chaudron. El dinero reunido por esas operaciones les permitió viajar a París, donde Valfierno planeó su robo, que nunca fue un robo. En 1909 encargó a Chaudrón la confección de seis copias perfectas de la Gioconda. Una vez que las había finalizado, Valfierno se embarcó hacia Estados Unidos y llegó a Nueva York, en cuya Aduana le resultó fácil convencer a los inspectores de que las seis copias eran reproducciones, pues no existían seis Giocondas originales. Las puso a buen recaudo en un depósito y comenzó alternar en presentaciones de arte ostentando su título de marqués. Se hizo de importantes relaciones y se vinculó con coleccionistas millonarios. Pidió entrevistas personales por separado con los seis que le parecieron candidatos que aceptarían su propuesta. A cada uno le hizo creer que era el único elegido. Fue recibido en inmensas mansiones y luego de preguntarle a cada uno qué cuadro importante le gustaría poseer, aunque no lo pudiera mostrar a nadie. Nadie supo responder, pero cuando les dijo que podría traerles la Gioconda, sus candidatos quedaron estupefactos, pero preguntaron el precio. 350 mil dólares. Todos aceptaron el precio. Cuando preguntaron cómo podrían saber que era el original. Valfierno dijo que debían esperar un par de meses hasta que pudiera realizar ‘la operación’, que seguramente saldría en todos los diarios.
Regresó a París y a través de una cocotte consiguió el nombre de un empleado de limpieza del museo que utilizaba los servicios de la chica y muchas veces le había dicho que deseaba ganar plata para poner su propia carpintería en Italia, su país de origen. Valfierno lo contactó en su casa y se presentó como ‘il Signore’ sin revelar nombre ni domicilio. El empleado se llamaba Vicenzo Peruggia y aceptó la generosa oferta del Signore, que le anticipó un abundante fajo de billetes por retirar el cuadro del Museo y llevarlo a su casa. Peruggia debía quedarse escondido en el museo un domingo a la noche y aprovechar el cierre del lunes para simular operaciones de limpieza y llevarse el cuadro a su escondite cuando no hubiera testigos. Allí debía desarmar el marco y quitar el vidrio y el día martes a la mañana, poner la tabla debajo de su guardapolvo y salir del museo como cualquier empleado. Prometió venir a buscar el cuadro cuando hubiera pasado el escándalo y le prometió otro abundante pago.
Peruggia hizo lo que le pidió Valfierno y no tuvo inconvenientes en llevarse el cuadro a su modesto cuartucho y lo puso en el fondo de un viejo arcón.
Pasados los primeros días, la noticia se publicó en todos los diarios del mundo, mientras Valfierno viajaba a Nueva York. Y comenzó a hacer las seis entregas, con sus compradores más que satisfechos pues no tenían más que comprar el diario para tener la sensación de haberse hecho dueños del cuadro más famoso del mundo por lo que consideraban una bicoca.
Por su parte, Peruggia desesperó cuando pasaron los dos primeros años y il Signore no aparecía. Tomó la resolución de hacer un acto patriótico. Siendo italiano, igual que Leonardo da Vinci, resolvió regresar la Gioconda a su país de origen. Tomó un tren llevando el cuadro en su valija y se dirigió a Florencia, donde entrevistó al director de la Galería Uffizi para anunciarle que le traía la Gioconda para restituirla a su patria. El funcionario llamó a la policía. Peruggia fue detenido, pero a los pocos meses fue liberado pues la justicia se dio cuenta que no era el verdadero ladrón y había devuelto la obra sin pedir nada a cambio. Por unas horas, Peruggia fue un héroe nacional.
Valfierno se hizo de una fortuna mayor de 2 millones de dólares en 1911. Cambió su identidad y aspecto físico y comenzó a disfrutar de la vida. Pasados veinte años, sintió que la gloria de lo que había hecho nunca saldría a la luz. Por esa razón había revelado los pormenores al periodista.
Los seis millonarios no pudieron denunciar la estafa pues serían acusados como cómplices. Cuando Karl Decker dejó de recibir noticias de Valfierno, quien le mandaba notas anónimas desde lugares imposibles de rastrear, dio por supuesto que el sujeto había muerto y publicó el famoso reportaje.
Los datos de este curioso episodio protagonizado por Valfierno pueden leerse en diversos sitios de Internet, bajo el Robo de la Gioconda y también recomiendo la novela de Martín Caparrós, ‘Valfierno’, donde relata el episodio con su particular estilo.
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De: lol-be |
Enviado: 18/05/2014 22:35 |
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De: Eithlin |
Enviado: 22/05/2014 04:29 |
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