Bendíceme. 

Oh Divino Niño Jesús, te amo con todo mi corazón. Quiero ser tu amigo y quererte cada vez más, porque eres mi Dios y Señor y tratas conmigo con aspecto de Niño para que no huya de Ti. Niño de mi alma, te pido la gracia de amar a tu Madre como la has amado, y confiarme a Ella con la sencillez y abandono con que te le entregaste tú. Ayúdame a serle obediente y amoroso y déjame tomarte de la mano y besar tu rostro santo, y no permitas que jamás me separe de ti. Eres la fuente de la Alegría y, cuando me siento triste, pienso en ti y ya se me va la tristeza, porque con tu inocencia y tu sonrisa borras todos mis pesares. Enséñame a ser pequeño, porque sé que te gustan los niñitos y yo quiero ser solo un niñito de los que amas tanto. Que siempre sea inocente y bueno, y no me deje vencer por la maldad y el odio. Pequeño Jesús, te amo muchísimo, pero quiero amarte cada día más. Bendíceme con tu manita inocente y defiéndeme del enemigo infernal.