Quince minutos con el Divino Niño Jesús
Divino Niño Jesús, hoy vengo a ti manchado con mis pecados, y vengo a ti porque sé que solo tú me puedes cobijar. Sé que amas a los pecadores, no por su pecado, sino porque son tus almas a las que has rescatado con un altísimo precio, infinito precio, por eso tengo confianza al acercarme a tu infancia santa y sé que me darás tu manita y me llevarás de la mano por el camino de la santidad y la bondad, porque quiero ser bueno, pero en mí hay otra ley que a veces me hace cometer el pecado. Por eso tengo confianza en ti, no tengo miedo de ti que eres un Niño y así quiero tratarte, porque los niños son buenos y compasivos, y tú eres el Niño más Bueno y Compasivo. Pequeño Señor, te amo con todo mi corazón y quiero agradarte en todo. Prometo desde hoy en adelante serte lo más fiel posible y, si caigo alguna vez por debilidad, te pido que tengas mucha misericordia de mí. Enséñame a ser misericordioso con mis hermanos, pues tú tienes mucha misericordia con éste, tu pobre esclavito. Jesús Niño, tú eres la alegría de mis días tristes, porque cuando pienso en ti, cuando hablo contigo, se me quitan todas las amarguras y tristezas. Quédate siempre conmigo, Pequeño Señor, y dame la gracia de tu compañía continua. ¡Te amo Divino Niño Jesús!