No te quejes de nadie, ni de nada, porque fundamentalmente tu vida es el resultado de tus propias decisiones. No te amargues por tus fracasos ni se los cargues a otro.
Recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar y que ninguno es tan terrible como para claudicar.
Acepta la dificultad de edificarte a ti mismo y el valor de empezar corrigiéndote. El verdadero triunfo surge de las cenizas del error.
Nunca te quejes de tu soledad o de tu infelicidad, enfréntala con valor y derrótala.
No olvides que la causa de tu presente es tu pasado, así como tu futuro será la consecuencia tu presente.
Aprende de los audaces, de los fuertes, de quienes sobreviven a pesar de todo. Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo, de esta manera tus problemas aunque no se eliminen, irán poco a poco perdiendo fuerza.
Levántate y mira el sol por las mañanas y respira la luz del amanecer.
Despiértate, lucha, camina, decídete y triunfarás en la vida; nunca pienses en la suerte... porque la suerte es el pretexto de los fracasados.
Cuida tus pensamientos y se volverán palabras…
Cuida tus palabras y se volverán actos…
Cuida tus actos y se volverán hábitos…
Cuida tus hábitos y se formará tu carácter…
Cuida tu carácter y determinarás tu VIDA.