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General: Martes 26 de Enero, 2016
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De: perladelmar (Mensaje original) |
Enviado: 26/01/2016 16:54 |
Martes 26 de Enero, 2016 III Ordinario, Ciclo C, Año Par, Memoria: Santos Timoteo y Tito, obispos, Lit. de las Horas: Tomo III, III Semana del Salterio, Salmo 95
Primera Lectura Tito 1, 1-5
Yo, Pablo, soy servidor de Dios y apóstol de Jesucristo, para conducir a los elegidos de Dios a la fe y al pleno conocimiento de la verdadera religión, que se apoya en la esperanza de la vida eterna. Dios, que no miente, había prometido esta vida desde tiempos remotos, y al llegar el momento oportuno, ha cumplido su palabra por medio de la predicación que se me encomendó por mandato de Dios, nuestro salvador.
Querido Tito, mi verdadero hijo en la fe que compartimos: te deseo la gracia y la paz de parte de Dios Padre y de Cristo Jesús, nuestro salvador. El motivo de haberte dejado en Creta, fue para que acabaras de organizar lo que faltaba y establecieras presbíteros en cada ciudad, como te lo ordené.
Meditatio Cuando Jesús pensó en la comunidad que habría de conocerle, amarle y servirle por medio de la predicación y experiencia de otros hermanos, ciertamente que pensó en la iglesia; sin embargo, Jesús no se preocupó, tal vez ni siquiera lo pensó, en la manera en que dicha comunidad se estructuraría. La estructura de la iglesia es una aportación de los apóstoles, quienes, viendo hacia el futuro, pensaron en la mejor manera de ser fieles al evangelio de Jesús, por una parte, pero también se preocuparon por la constitución de la iglesia como comunidad humana.
Ciertamente que toda comunidad requiere de organización, dado que busca unos fines y cuenta para ello con ciertos medios, a esta exigencia no escapa la iglesia que tiene como fin la proclamación del reinado de Dios anunciado por Jesús y cuenta para ello con los medios que Jesús le ha dejado. Pablo nos muestra cómo entre los intereses que tuvo la iglesia primitiva, estaba la estructuración de la comunidad cristiana.
No se trata de grupitos independientes, o de iniciativas pasajeras, se trata de establecer la estructura que ha de dar soporte a la iglesia como comunidad humana pero también como comunidad convocada y reunida por Dios. Jesús, la verdadera buena noticia del cristianismo y de la iglesia, es el gozne en el que descansa la vida de la iglesia, mientras él siga siendo el por qué y el para qué de la iglesia, la estructura será siempre definida y sostenida por el Espíritu Santo que es quien dirige a la iglesia y quien le orienta en el camino más adecuado para permanecer dócil y fiel a su Señor.
Oratio Señor Dios y Padre nuestro, que has querido que tu salvación llegue a todos los hombres a través del sacramento de la iglesia, ayúdanos a amarla con amor filial y que por su intercesión, seamos dignos de la vida que Jesús nos ha granjeado con su obediencia hasta la muerte de cruz. Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.
Operatio Hoy dedicaré mi oración a Dios por la iglesia para que siempre sea dócil al Espíritu Santo y fiel al evangelio de Jesús.
El Evangelio de hoy Marcos 3, 31-35
En aquel tiempo, llegaron a donde estaba Jesús, su madre y sus parientes; se quedaron fuera y lo mandaron llamar. En torno a él estaba sentada una multitud, cuando le dijeron: "Ahí fuera están tu madre y tus hermanos, que te buscan".
Él les respondió: "¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?" Luego, mirando a los que estaban sentados a su alrededor, dijo: "Estos son mi madre y mis hermanos. Porque el que cumple la voluntad de Dios, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre".
Reflexión Una incorrecta interpretación de este pasaje ha llevado a algunos a pensar que con estas palabras y esta actitud que nos presenta el evangelista, Jesús está menospreciando a su Madre, apoyando su actitud de indiferencia (cuando no de rechazo) hacia María Santísima. Nada más contrario en la intención de Jesús.
Sin embrago, como siempre, Jesús usa de un evento o situación particular para instruir a la comunidad. La familia de Jesús no es simplemente la familia biológica, unida por los lazos de sangre, sino quien cumple la voluntad de Dios. Con ello destaca el hecho de que María, como lo reconocerá siempre la comunidad cristiana, es el modelo perfecto de aquellos que hacen la voluntad de Dios, por lo que no sólo es su madre en sentido biológico, sino también lo es de manera espiritual, y por ello trascendente.
Por ello pertenecerán realmente a la familia de Jesús y María aquellos que hacen la voluntad de Dios. ¿Podríamos decir que nosotros formamos parte de esta familia?
Permite que el amor de Dios llene hoy tu vida. Ábrele tu corazón. Como María, todo por Jesús y para Jesús. Pbro. Ernesto María Caro
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