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General: Evangelio Marcos 6, 1-6
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De: perladelmar (Mensaje original) |
Enviado: 03/02/2016 03:11 |
Evangelio
Marcos 6, 1-6
En aquel tiempo, fue Jesús a su tierra en compañía de sus discípulos. Cuando llegó el sábado, se puso a enseñar en la sinagoga, y la multitud que lo escuchaba se preguntaba con asombro: "¿Dónde aprendió este hombre tantas cosas? ¿De dónde le viene esa sabiduría y ese poder para hacer milagros? ¿Qué no es éste el carpintero, el hijo de María, el hermano de Santiago, José, Judas y Simón? ¿No viven aquí, entre nosotros, sus hermanas?" Y estaban desconcertados.
Pero Jesús les dijo: "Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa". Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos.
Reflexión
Jesús nos enseña en este pasaje lo difícil que puede ser nuestro trabajo de evangelización entre los nuestros, en nuestra casa, en nuestro centro de trabajo, incluso en nuestros barrios.
Cuánta gente se admira de nuestro cambio de vida, de nuestra alegría, de una manera diferente de ser y de pensar y, sin embargo, permanecen en su falta de fe. Esto, lejos de desanimarnos, debe alentarnos pues es y será finalmente el Espíritu Santo quien hará la obra. A pesar de la incredulidad de la gente Jesús continuaba con su misión: Enseñar el camino del Reino.
Si te sientes desanimado porque tu trabajo apostólico en tu casa o con los tuyos no ha tenido el resultado que esperabas, no te desanimes, la obra no es tuya sino del Espíritu. Tarde o temprano verán en tu estilo de vida una invitación a vivir en el Reino. La palabra de Dios dice: "Cree tú y creerá tu casa".
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