“Para una buena relación son necesarios los conflictos.”
La palabra conflicto es una de las menos gustadas por la gente. Cuando pensamos en conflictos lo relacionamos con situaciones negativas o no deseadas y lo que buscamos es evitarlo o eliminarlo. Te has puesto a pensar en todos los conflictos que estás presentando en tu matrimonio o en tu trabajo, en tu familia o en tu negocio, y te preguntas “¿Por qué a mí? Si lo único que quiero es ser feliz, tener paz y tranquilidad y siempre termino en problemas.”
¿Cuáles son los conflictos que estás presentando hoy?
Se dice que un hombre había naufragado y permanecido en una isla desierta durante casi cuatro años hasta que un día vio un barco pasar. Corrió hasta el borde de la isla para realizar todo tipo de señales y llamar la atención de la tripulación.
Afortunadamente, el capitán alcanzó a verlo y ordenó que varios miembros de la tripulación fueran a investigar. A medida que se acercaba a la playa, se maravillaron de lo que vieron.
El hombre había hecho buenas cosas a pesar de los pocos recursos que disponía.
“Esto es increíble”, dijo el líder.
Luego dijo: “Antes de irnos, ¿te importa si mis hombres y yo damos una vista rápida a la isla?”
“En absoluto”, dijo el náufrago calmado.
En su recorrido por la isla, se dieron cuenta de tres cabañas. “¿Por qué tres cabañas?” preguntó el líder.
“Yo vivo en la primera“, respondió el hombre. “La segunda es la iglesia a donde voy. Pensé que sería importante tener un lugar de adoración en otra cabaña.”
El líder y sus hombres estaban impresionados. “¿Y para qué sirve la tercera cabaña?”
“Oh, eso es la iglesia que solía ir.”
Probablemente esto te cause risa, pero aquí encontramos una realidad que cuando no enfrentamos los conflictos en el matrimonio o en el trabajo, nuestra tendencia es huir antes de resolver el conflicto porque pensamos que los conflictos son destructivos y hay que eliminarlos.
¿Cómo resuelves tus conflictos en el matrimonio o en tu familia?
¿Cómo resuelves los conflictos laborales?
La manera como evadimos o resolvemos los conflictos habla de nosotros. Es importante entender que los conflictos son parte de la vida mientras estemos vivos. No hay tal cosa como una zona libre de conflictos. Siempre que haya dos o tres personas reunidas allí encontraremos un conflicto porque tenemos creencias diferentes. Si en tu vida no hay conflictos es porque vives en otro planeta o estás en el cementerio durmiendo.
Hay diferentes maneras de resolver los conflictos:
Huyendo del Conflicto. ¿Será que desaparece el problema?
Me quedo quieto. ¿Para qué entrar en conflicto? ¿Vivirá feliz esta persona?
Luchando. “El culpable es el otro y me voy a vengar”
Mediando. Buscando un término medio para favorecer a una persona.
Armonizando. Interviniendo sobre nuestro carácter y nuestras emociones. Buscando soluciones que sean justas para ambas partes.
Los conflictos difíciles se originan por la resistencia entre creencias diferentes. Y es la falta de flexibilidad la que hace que muchas veces no nos podamos desarrollar como personas, y no podamos crecer en nuestro matrimonio o en los negocios. Lo que te detiene de alcanzar el éxito son los conflictos no resueltos, son tus creencias limitantes y es allí donde el coaching puede ayudarte a buscar nuevas miradas para avanzar en el logro de tus metas.
Los conflictos nos ayudan en nuestro crecimiento, es algo que siempre lo será. El conflicto no es ni bueno ni malo, simplemente es. El conflicto es una oportunidad de cambio.
Hoy es el mejor momento para resolver los conflictos que hay en tu vida y convertirte en un pacificador. Elige ser sabio! “…la sabiduría que desciende del cielo es ante todo pura, y además pacífica, bondadosa, dócil, llena de compasión y de buenos frutos, imparcial y sincera.
En fin, el fruto de la justicia se siembra en paz para los que hacen la paz.” Santiago 3:17,18 (NVI)