Podemos cambiar con frecuencia de escuela,de trabajo,de casa,de ciudad,de novio(a), y así sucesivamente; sin embargo,cambiar nuestro interior es un proceso lento y exigente.
En cada experiencia de nuestra vida,personal y profesional,aprendemos algo que debe ser trabajando para ayudarnos en el proceso de madurez.
Si sabemos extraer una lección a cada situación vivida, cambiaremos nuestro interior siempre para bien.