En el trabajo callado y tranquilo, los dones de las personas se hacen visibles.
Entre ruidos y prisas el silencio puede ser la mejor arma del que dispones para acercarte a Dios y a ti mismo.
La palabra, cuando es clara y sincera, nos acerca a los demás, nos ayuda a darnos a conocer, nos muestra lo que los demás piensan y viven.
El silencio es el mayor grado de comunicación que podemos conseguir con un ser humano.
La soledad no es silencio, elsilencio no es soledad. La vida se comparte dándola, el silencio se comparte estando al lado del que sufre, del que ama, del que vibra al son de un sencillo acorde musical.
Ábreme el cofre sagrado de tu silencio, comparte conmigo desde lo que eres, desde lo que vives, desde lo que lloras y desde donde te alegras.
Entraré de puntillas, sin hacer ruido, para no romper la hermosura que me ofreces a través de tu silencio.