Quince minutos con el Divino Niño Jesús
Divino Niño Jesús, Señor mío y Dios mío, te amo con todo mi corazón y te pido que nunca me desampares.
Tú, que has prometido que todo lo que queramos pedir lo pidiéramos por los méritos de tu infancia y nuestra oración será escuchada; hoy vengo a pedirte por mi salud, por mi familia, mis amigos y enemigos, y por todo lo que Tú ya sabes que me hace falta.
¡Bendito seas Pequeño Niño, que has venido a mi vida trayendo la dulzura y la alegría! Porque viéndote a ti ya soy feliz, y si estoy triste me pongo contento, porque con tu inocencia y candidez me alegras el corazón.
Divino Niño, quiero ir al Cielo para estar para siempre junto a ti y ser feliz a tu lado, porque ya no puedo vivir sin ti, y mi alma tiene deseos de ti.
No me dejes solo en este mundo, en el que me siento como un extranjero, sino ven a hacerme compañía y, cuando llegue el momento de mi muerte, muéstrate a mí para que expire con tu dulce nombre en mis labios y viendo tu rostro infantil.
Querido Niño Jesús, soy todo tuyo y te prometo tratar de ser cada día más bueno, para que estés contento de mí, y me prepares un lugar en el Cielo junto a ti y a tu Madre bendita.